La revista Muy Interesante publicó un listado sobre malas interpretaciones y verdades a medias que todos hemos escuchado sobre el sueño.
1- Al beber alcohol descansas mejor:
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Si bien es innegable que beber alcohol da somnolencia, según un estudio de la Universidad de Melbourne, en Australia, una vez conciliado el sueño su calidad no es la mejor al no alcanzar la profundidad necesaria y efecto reparador que produce un descanso normal.
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La investigación, publicada en la revista ‘Alcoholism: Clinical & Experimental Research’, añade que al ingerir licor se reduce la fase REM, periodo del sueño en que se produce la relajación del cuerpo y se presentan los sueños, por lo que se recomienda dormir una hora y media o dos después de beber la última copa.
2- Puedes aprender mientras duermes:
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Por muchos años se ha popularizado un supuesto método de aprendizaje que se resume en escuchar una lección de inglés u otro idioma mientras se duerme en la noche para cultivar una lengua extranjera en el subconsciente y aprender más rápido, pero nada más alejado de la verdad.
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Este mito nació en 1942 con un experimento del psicólogo Lawrence LeShan, quien pretendía erradicar la costumbre de morderse las uñas. Para esto dividió un grupo de alumnos en dos habitaciones y, mientras unos descansaban sin interrupciones, a los otros les ponía un fonógrafo que repetía la frase “las uñas de mis dedos saben mal”.
Al cabo de unas semanas, cerca del 40 % de jóvenes del segundo grupo abandonaron el hábito, mientras que los otros chicos seguían comiéndose las uñas. Sin embargo, durante el experimento nunca se comprobó si los participantes dormían mientras oían la grabación, por lo que años después la teoría fue desmentida por medio de varios experimentos controlados.
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3- El fin se semana se recupera el sueño perdido:
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Aunque ‘hacer locha’ los fines de semana tiene sus ventajas, como reducir el riesgo de padecer diabetes, según una investigación de la Universidad de Chicago, no es recomendable equilibrar la falta de sueño entre semana pasando todo el día entre las cobijas.
La investigadora Josna Adusumilli, de la Universidad de Harvard, explica que este tipo de actividades no solo repercute negativamente en la salud muscular sino también en el cerebro.
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La experta añade que dormir solo seis horas diarias durante doce días consecutivos afecta la salud física y psicológica de manera similar a una noche entera sin dormir, además de disminuir hasta 10 % la precisión motora.
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4- ¿Al que madruga, Dios le ayuda?:
Es claro que no todos los seres humanos somos iguales, ni física ni mentalmente. Esto también se refleja en las costumbres de sueño de cada uno y el ritmo circadiano, o reloj biológico.
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Por eso hay quienes trabajan mejor de noche y otros que son más eficientes en la madrugada. Así, los científicos han dividido a la población en tres categorías: búhos, que trasnochan y se levantan más tarde; alondras, que se duermen temprano y madrugan; y neutrales, que sería el grueso de la población.
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Por eso, si nunca has sido capaz de madrugar, y te han llamado vago u holgazán por trasnochar, ¡tranquilo! No estás solo y no es tu culpa.
5- Roncar es molesto, pero no perjudicial:
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Los ronquidos no solo son una pesadilla para quienes duermen al lado de una persona que los padece, sino también para quien ronca, pues este sonido puede ser un indicador del deterioro de la salud.
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Según señala Muy Interesante, roncar es un signo de apnea del sueño, que son las pausas en la respiración que sufren algunas personas mientras duermen.
Estas interrupciones reducen los niveles de oxígeno en la sangre, por lo que el ritmo del corazón se altera y afecta negativamente la salud cardiovascular a largo plazo.
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