Evádelo: ¡Ojo! Lo cortés no quita lo valiente. Debes ser una persona educada con él cuando lo veas. Sin embargo, si es una persona que te indispone, trata de evadirlo.
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Trabajar: Sueles culpar a otras personas de tus errores. Un trabajo exhaustivo para analizar tus fallas… nunca sobra. Si después de todo eso te percatas de un abuso de tu superior es mejor limitarse a lo labora. ¡Que el trabajo sea quien hable!
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Freno de mano: No, nadie tiene derecho a maltratarte. Pero como dice la mamá: “para pelear se necesitan dos”. Controlar las emociones puede que evite una verdadera tragedia.
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Venganza: Ni tu familia, amigos o compañeros de trabajo tienen la culpa de las acciones de otro. Si no puedes golpearlo… no agredas a alguien más. Eso hará de tu vida un infierno.
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Denunciar: Si su supuesta ‘exigencia’ sobrepasa los límites, acércate a las autoridades competentes para buscar una solución.
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