Denzel Dumfries, con dos asistencias y un gol, se convirtió en el gran protagonista de la selección de Países Bajos que eliminó a la de
Países Bajos, la eterna aspirante, triple subcampeona del mundo 1974, 1978 y en 2010, cuando cayó en la final del Mundial de Sudáfrica ante la virtuosa
Desde que fue tercera en el primer Mundial de la historia, el de Uruguay 1930, Estados Unidos, que presentaba como mejor clasificación la de cuartos de final de Corea y Japón 2002, instancia que alcanzó tras eliminar a
Fue Christian Pulisic, el '10' norteamericano -el que con su gol dejó fuera del torneo a la valiente Irán del portugués Carlos Queiroz-, el que nada más arrancar el partido puso a prueba a Noppert. Gregg Berhalter quiere un equipo con mentalidad ganadora, desea que sus jugadores se diviertan; y que aprendan con la experiencia. Sin temor a nadie. Tomando la iniciativa.
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Pero los neerlandeses, con los que formaron de inicio los barcelonistas Memphis Depay, que regresó al ataque del equipo en el tercer y último partido de la fase de grupos, en el que tras derrotar a la anfitriona del torneo la 'oranje' certificó su pase a octavos y Frenkie De Jong, no estaban incómodos cediéndole el balón al 'Team USA'.
Y en la primera jugada seriamente trenzada, con brillantez, pasando por el catalizador De Jong, el balón acabó llegando a Dumfries, compañero de Sergiño en el Inter, que con un sensacional servicio por la derecha habilitó a Depay para que éste batiese de un martillazo seco a Turner. Antes de festejar el tanto con la estrella emergente del equipo, Cody Gapko (PSV Eindhoven) -que marcó en los tres partidos de la fase de grupos- repitiendo ambos el gesto de girar los dedos en sus pabellones auditivos.
Volvió el equipo de Van Gaal, que ya lleva 19 partidos seguidos sin perder como seleccionador, con una sola derrota en los últimos 47 a dejarle el esférico a los norteamericanos. Y estuvo, por ello a punto de quemarse. Porque, en el 42, Tim Weah, hijo del mítico George Weah, Balón de Oro en 1985 y actual Presidente de Liberia, agarró un zapatazo que puso en serios aprietos a Turner.
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Despertaron los holandeses, conscientes quizá de que EEUU, antes de ganarle a Irán, sólo había cedido un empate, de penalti, a la Gales de
En la reanudación y esta vez ya por necesidad, los estadounidenses repitieron el libreto de la primera mitad. Y en los primeros minutos se volcaron sobre la portería rival, con dos ocasiones claras de Ream (m.50) solo, delante de Noppert; y de McKenney (m.53), que había habilitado a su compañero en la acción anterior, con un disparo desde fuera del área.
Aunque, en el momento que se abría, Países Bajos demostraba que puede ser letal. En el 61, Memphis volvió a poner a prueba a Turner, que desvió a córner un disparo lejano que apuntaba a la escuadra. Y nueve minutos después, de nuevo el delantero del Barça estuvo a punto de resolver el partido, al cabecear el despeje de Turner a un potente tiro de Koopmeiners.
Berhalter imprimió ritmo a su equipo al meter en el campo a Giovanni Reyna y a Wright, que acortó distancias, tras una gran acción de Pulisic, por la derecha, en el minuto 76.
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El partido se animó, porque los estadounidenses se vinieron arriba. Buscaban hacer realidad su sueño. Pero ese sueño se desvaneció sólo cinco minutos después. Un sensacional Blind centró largo desde la izquierda para que, sobre la marcha y en el minuto 81, empalmase con la zurda Dumfries, cerrando el partido y sellando una sensacional actuación personal.
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