Hallazgo de restos de 4 menores desaparecidos genera conmoción; militares implicados

El descubrimiento de los cuerpos de cuatro menores cerca de la base militar de Taura, a 39 kilómetros de Guayaquil, sacude a Ecuador en los últimos días.

Este hecho, ocurrido en la víspera de Navidad, expone la presunta participación de 16 militares en una desaparición forzada que ha generado indignación nacional e internacional.

Los hermanos Ismael y Josué Arroyo, de 15 y 14 años respectivamente, junto a sus amigos Saúl Arboleda (15) y Steven Medina (11), desaparecieron el 8 de diciembre tras un operativo militar.

En la nochebuena, las autoridades localizaron tres cuerpos en un lugar de acceso restringido cerca de una base militar. La noticia llegó como un balde de agua fría a sus familiares, quienes habían mantenido la esperanza de encontrarlos con vida.

Avanza investigación contra militares en Ecuador por desaparición de menores

Las investigaciones, lideradas por la Policía y la Fiscalía General del Estado, apuntan a que los niños fueron víctimas de desaparición forzada. Un video presentado por la Asamblea Nacional muestra a militares subiendo a uno de los menores a una camioneta.

A pesar de esto, el Ministerio de Defensa sostiene que los soldados actuaron en respuesta a un supuesto robo, aunque no existen pruebas que respalden esta versión.

Los cuerpos habrían sido incinerados por lo que se dificulta la identificación inmediata. Las familias esperan los resultados de pruebas genéticas, que podrían tardar entre 30 y 40 días.

Los menores, residentes de Las Malvinas, un barrio humilde del sur de Guayaquil, eran apasionados del fútbol y soñaban con convertirse en figuras destacadas como Moisés Caicedo o Kendry Páez. El día de su desaparición, jugaron un partido y luego fueron a comer, pero su rutina se convirtió en una pesadilla cuando militares los interceptaron.

Según organizaciones defensoras de derechos humanos como Human Rights Watch, Ecuador, país que actualmente lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, enfrenta una crisis de derechos humanos que queda en evidencia con este caso. El gobierno declaró un "conflicto armado interno" que permite la participación del Ejército en operativos policiales.

Sin embargo, organizaciones como el Comité por la Defensa de los Derechos Humanos critican vehementemente estas medidas, argumentando que incrementan los abusos de poder.

La Fiscalía fijó audiencias para imputar cargos contra los 16 militares implicados. También se decomisaron los teléfonos de los uniformados y los vehículos utilizados durante el operativo. Mientras tanto, los familiares continúan exigiendo justicia y claridad.

El presidente Daniel Noboa expresó su pesar y propuso declarar a los menores como héroes nacionales. Sin embargo, el país sigue esperando respuestas claras y acciones contundentes para garantizar que este doloroso episodio no quede impune.

La memoria de Ismael, Josué, Saúl y Steven se ha convertido en un símbolo de lucha por la verdad en medio de la incertidumbre.

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