El viernes 30 de agosto a las 12:47 del mediodía se apagó la vida de Javier Acosta, el hincha de Millonarios que conmovió a todo un país por su dura historia y su lucha por superar un cúmulo de condiciones médicas que lo llevaron a optar por la muerte digna a través de eutanasia .
La atención sobre este joven se centró días antes cuando, a través de una transmisión en vivo, anuncio que, además de estar en silla de ruedas hace nueve años y de luchar hace cinco años contra una bacteria que adquirió en una piscina en Melgar, ahora afrontaba un nuevo diagnóstico de cáncer en la sangre y un ganglio en la cabeza que en cualquier momento lo dejaba sin habla.
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Debido a los nuevo diagnósticos que recibió el hincha de Millonarios en el mes de agosto y de los que le anunciaron la posibilidad de tener que amputar sus extremidades para controlar el avance de la bacteria , Javier Acosta decidió tener una muerte digna y solicitó que le aplicaran la eutanasia.
Frase premonitoria de Javier Acosta antes de pedir la eutanasia
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Antes de su destino final el joven ofreció algunas entrevistas en las que contó su vida, su historia con las barras bravas de Millonarios y los delicados episodios de salud que lo llevaron a tomar la radical decisión.
En diálogo con Noticias Caracol Javer relató que quedó en silla de ruedas en 2005 luego de que un bus le pasara por encima en vías de Tuluá ; este hecho lo relacionó con su participación en las barras ya que habría sido en medio de una pelea con hinchas del equipo rival. "Eso hubo hasta machete en plena vía y me querían matar".
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Y al aceptar su nueva condición con movilidad reducida y tratar de superarse aprendiendo a manejar y llevar una vida sin obstáculos, el joven enfrentó otro episodio de salud en 2019 cuando en un paseo a Melgar adquirió una bacteria en una piscina que le carcomió sus tejidos y huesos.
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Pero en medio de sus batallas el hincha de millonarios recordó que tuvo un curioso y jocoso diálogo con su hermana, poco antes de que supiera que enfrentaría un nuevo y desalentador diagnóstico médico. En ese diálogo lanzó una frase que terminó siendo premonitoria sobre su muerte.
"Cómo es la vida, un día estábamos hablando con mi hermana y le dije: ‘ Me pasó un bus por encima, me dieron machete , luego los rojos me cogieron pal piso; luego una bacteria... y nada me mató. Mínimo, mínimo, Dios no lo quiera, me va a matar un cáncer ”, fue lo que dijo el hincha a su hermana.
Posteriormente su salud sufrió una recaída y tras varios exámenes los médicos le anunciaron a Javier Acosta que tenía cáncer en la sangre , "lo único que le faltaba", según había expresado el hincha quien al saber que además corría el riesgo de quedar sin habla por un ganglio en la cabeza y posiblemente ser amputado en sus extremidades, prefirió la muerte digna y pidió la eutanasia.
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Puedes ver: Así fue el procedimiento de eutanasia a Javier Acosta