La difícil situación de Érika Morales, una joven cuadripléjica de Pasto, ha conmovido a muchos tras conocerse su petición directa a la EPS Emssanar para acceder a la eutanasia. La solicitud, que ha enfrentado trabas burocráticas, aún no ha sido resuelta oficialmente.Tatiana Morales, hermana de Érika, ha tomado la voz pública en medio de este complejo proceso. Según sus declaraciones, la negativa inicial por parte de Emssanar se dio porque fue la madre de Érika quien realizó la petición, y no la joven de manera directa, algo que la EPS habría considerado un tecnicismo para no aceptar la solicitud. En respuesta, Tatiana ha leído una carta escrita por Érika, quien, debido a su condición, se comunica a través de un abecedario, señalando letra por letra.La familia asegura que, a pesar de los múltiples intentos por obtener una respuesta clara, la entidad de salud no se ha pronunciado oficialmente. Mientras tanto, la salud mental y física de Érika continúa deteriorándose, según sus propias palabras plasmadas en la carta que Tatiana dio a conocer públicamente.A continuación, la carta completa de Érika Morales:"Escuchen mis palabras y espero me entiendan. Bueno, en primer lugar, la verdad, es muy difícil para mí y para mi familia ya que prácticamente vivo por la ventilación mecánica y eso me parece injusto porque para mí no es vida, es solo una vida artificial. La verdad estoy cansada de depender de todos, y lo más duro es que estoy consciente y me doy cuenta de absolutamente todo, aparentemente me ven bien, pero no es así, yo realmente no me siento bien. Además, no sean egoístas, yo realmente me siento cansada, en serio no doy más. Es más, la psicóloga ya habló conmigo y está de acuerdo con la decisión que tomé, porque la verdad, ¿para qué tener a una persona tan joven como yo sufriendo? Si cuando me aspiran (la traqueotomía) siento que me torturan. Entonces, señores Emssanar (EPS), con todo el respeto que ustedes se merecen, tengan un poquito de corazón y compasión y piedad, si literalmente estoy muerta en vida entonces no quiero que pierdan el tiempo conmigo, en fin, quiero que respeten mi decisión, quiero que me hagan el favor. No teniendo nada más que decir, espero pronto me den una respuesta a mi favor, muchas gracias, espero que comprendan por la decisión. Lo más triste para mí es que ya llevo tres años de estar postrada y que fue provocado todo este daño a causa de dos impactos con una botella en mi cabeza", finaliza.La familia de Érika sigue esperando una respuesta oficial por parte de Emssanar, mientras que el caso ha generado un amplio debate en redes sociales y medios de comunicación.Puedes ver | Ganador de Lamborghini Urus de Shakira reveló cuánto valió la primera tanqueada
La solicitud de eutanasia presentada por Érika Morales, la joven cuadripléjica de Pasto que lleva tres años enfrentando un dolor constante, sigue sin resolverse oficialmente. Su familia asegura que la EPS Emssanar habría rechazado la petición debido a un tecnicismo, pero hasta el momento la entidad no se ha pronunciado formalmente sobre el caso.Tatiana Morales, hermana de Érika, afirmó que la negativa se dio porque fue la madre de la joven, quien realizó la solicitud ante la EPS, y no Érika de manera directa. De acuerdo con la familia, este obstáculo burocrático ha retrasado la posibilidad de que Érika pueda acceder a una muerte digna, un derecho reconocido por la Corte Constitucional de Colombia desde 1997 y que, tras la aprobación en 2024 del proyecto para regular la muerte médicamente asistida, debería garantizarse de manera más expedita. Sin embargo, el caso de la joven ha puesto en evidencia las dificultades que persisten en el sistema de salud para hacer valer este derecho.La situación de Érika es crítica. Tras el infarto cerebral que sufrió a causa del golpe en la cabeza durante una agresión en 2021, ha perdido toda movilidad y, según sus familiares, su salud se ha deteriorado de forma alarmante. En sus primeras etapas, la joven podía alimentarse vía oral y mantenía una dieta balanceada; sin embargo, actualmente solo recibe alimentación enteral debido a la intolerancia de su cuerpo a los alimentos sólidos.El desgaste físico es evidente: Érika está desnutrida, su piel presenta úlceras por presión y el dolor constante la ha llevado a expresar su deseo de poner fin a su sufrimiento. "Al hoy ella ya no aguanta más dolor", dijo Tatiana, quien se ha convertido en la voz de su hermana, utilizando un sistema de comunicación basado en el abecedario que Érika señala letra a letra.Inconvenientes con la atención a Érika MoralesSegún la familia, la atención médica brindada por la EPS ha sido insuficiente: solo envían auxiliares de enfermería 10 veces al mes, cuando Érika requiere asistencia diaria. A esto se suma la incertidumbre respecto a la petición de eutanasia, pues hasta ahora solo se conoce la versión de los familiares. La respuesta oficial de Emssanar sigue pendiente y se espera que en los próximos días la entidad se pronuncie para aclarar su postura frente al caso.Mientras tanto, la familia Morales continúa tocando puertas y acudiendo a los medios de comunicación, buscando que se respete la voluntad de Érika y se le permita acceder a una muerte digna. Puedes ver | Ganador de Lamborghini Urus de Shakira reveló cuánto valió la primera tanqueada
La historia de Érika Morales, la joven de 20 años que hoy pide la eutanasia, tiene su origen en un episodio violento que marcó su vida para siempre. En 2021, cuando tenía apenas 17 años, Érika fue agredida por dos mujeres mientras se encontraba en un bar. El ataque, que incluyó un fuerte golpe en la cabeza con una botella de whiskey, la dejó inmóvil de inmediato. Tras ser trasladada de urgencia a un centro asistencial, los médicos descubrieron que el impacto le había causado un infarto cerebral, provocando daños irreversibles.Hasta el momento, se desconoce la identidad de las dos mujeres que agredieron a Érika Morales aquella noche en el bar. Tampoco hay información clara sobre si el caso tuvo alguna consecuencia legal o si las autoridades iniciaron una investigación formal tras el hecho que la dejó cuadripléjica.Desde el primer momento, los especialistas fueron claros con su familia: no había esperanzas de recuperación. La joven pasó un año y siete meses en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), luchando entre la vida y la muerte. Al despertar, Érika había perdido por completo la movilidad de su cuerpo. En un principio, podía alimentarse por vía oral y mantenía una dieta balanceada, pero con el tiempo su estado se deterioró hasta el punto de necesitar alimentación enteral, administrada a través de una sonda.El cambio físico de Érika ha sido drástico. Antes lucía como una joven llena de vida, con su cabello largo y una sonrisa constante. Hoy, la extrema delgadez, resultado de su déficit alimenticio, la muestra desnutrida y frágil. Postrada en cama, sufre de úlceras por presión que le causan lesiones dolorosas en la piel, las cuales se agravan cada día. El dolor físico constante ha hecho que su deseo de descansar en paz sea cada vez más firme.Así fue como Érika comunicó su último deseoSu comunicación también se ha visto reducida a señalar letras de un abecedario, construyendo palabra por palabra lo que desea expresar. Fue así como logró pedirle a su familia que intercediera ante la EPS Emssanar para acceder a la eutanasia. Sin embargo, a pesar de que este procedimiento es legal en Colombia, la entidad prestadora de salud le ha negado la solicitud.La familia ha denunciado que la atención médica que recibe Érika es insuficiente. Solo cuenta con la visita de auxiliares de enfermería doce veces al mes, cuando sus necesidades requieren cuidado diario y constante. Además, la EPS atraviesa un proceso de intervención, lo que ha complicado aún más el acceso a los servicios de salud que la joven necesita.En medio del dolor, la familia de Érika sigue tocando puertas, intentando que se respete su último deseo. Han recurrido a diferentes medios de comunicación, visibilizando el caso y esperando que las autoridades competentes intervengan para que la joven pueda acceder a una muerte digna.Actualmente, Érika y su familia viven en Pasto, Nariño. La situación no solo ha implicado costos médicos, sino también logísticos: se vieron obligados a cambiarse de vivienda para adecuarla a los cuidados especiales que ella necesita, incluyendo un respirador artificial. A pesar de todo, la espera continúa, mientras la joven insiste en que sufre demasiado y solo quiere descansar en paz.Puedes ver | Ganador de Lamborghini Urus de Shakira reveló cuánto valió la primera tanqueada
La historia de Érika Yanira Morales, la joven de 20 años que hoy clama por el derecho a morir dignamente, estremece a Colombia. Su vida cambió radicalmente en 2021, cuando, con apenas 17 años, fue brutalmente agredida en una discoteca. Un golpe en la cabeza con una botella de licor desencadenó una tragedia que nadie imaginaba.Según relató su madre, Alba Morales, en entrevista con Noticias Caracol, tras el impacto, Érika sufrió un infarto cerebral que le dejó secuelas severas. "El mismo especialista nos dijo que no iba a recuperarse", confesó Alba. La joven pasó un año y siete meses en cuidados intensivos, un tiempo interminable que marcó el inicio de un calvario. Cuando finalmente despertó, su realidad era desgarradora: había perdido por completo la movilidad de su cuerpo.Hoy, tres años después, la transformación física de Érika es evidente y dolorosa. Antes, lucía como una joven llena de vida, con su cabello largo y una sonrisa radiante. Ahora, la desnutrición producto de su déficit alimenticio la ha dejado visiblemente demacrada. Incapaz de tolerar alimentos sólidos, su nutrición depende exclusivamente de un sistema de alimentación enteral.Le niegan último deseo de Érika Frente a este panorama, Érika decidió solicitar a su EPS, Emssanar, el procedimiento de la eutanasia, amparada en el derecho a una muerte digna, reconocido por la Corte Constitucional desde 1997. Sin embargo, pese a que en 2024 el Congreso aprobó el proyecto que regula las condiciones para acceder a esta modalidad de muerte asistida, la entidad prestadora de salud le negó la petición.La familia Morales ha manifestado su angustia y frustración. Tatiana Morales, hermana de Érika, explicó que la joven se comunica señalando letras del abecedario y que fue así como expresó su deseo claro e irrenunciable de poner fin a su sufrimiento. “No quiero seguir viviendo así. Solo quiero descansar en paz”, ha dicho Érika, palabras que su familia respeta y respalda.Su familia sigue luchando, aferrada a la esperanza de que se tenga en cuenta el último deseo de Érika y se respete su voluntad.Puedes ver | Ganador de Lamborghini Urus de Shakira reveló cuánto valió la primera tanqueada
En Pasto, Nariño, Erika Yanira Morales, una joven de 20 años, enfrenta una realidad lamentable. En 2021, durante una reunión en una discoteca, fue agredida: un golpe en la cabeza con una botella de licor le provocó un infarto cerebral y daños irreversibles que la dejaron en cuadriplejia, ¿la eutanasia, una posibilidad?Desde entonces, su vida ha estado marcada por el sufrimiento. Tras el hecho, los médicos fueron claros: no habría posibilidad de recuperación. Erika pasó un año y siete meses en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Cuando finalmente despertó, su cuerpo estaba inmóvil y la comunicación se volvió un reto: ahora se expresa señalando letras del abecedario, un método que le permite manifestar sus deseos, entre ellos, el de acceder a la eutanasia.Tatiana Morales, su hermana, confirmó que Erika pidió a su familia que intercediera para que se le concediera el derecho a morir dignamente. Han pasado tres años desde aquella noche que cambió todo, y los dolores insoportables que sufre la han llevado a tomar esta decisión. ¿Por qué no ha podido acceder a la eutanasia? Con su salud cada vez más deteriorada, ha perdido tanto peso que su cuerpo apenas se sostiene, y su nutrición depende completamente de un sistema de alimentación enteral.La familia presentó la solicitud ante la EPS Emssanar, invocando el derecho a la eutanasia, legal en Colombia desde 2015. Sin embargo, la entidad prestadora de salud se ha negado a autorizar el procedimiento, a pesar del dolor evidente y la voluntad expresada por Erika. "No quiero seguir viviendo así. Solo quiero descansar en paz", son las palabras que, según su hermana, la joven ha repetido en varias ocasiones.Mientras tanto, su familia no cesa en la búsqueda de alternativas legales que permitan cumplir el último deseo de Erika, en medio de una lucha que va más allá de la burocracia: la lucha por el alivio de un dolor que no da tregua.Puedes ver | Ganador de Lamborghini Urus de Shakira reveló cuánto valió la primera tanqueada
Un caso que sacude a Tuluá, Valle del Cauca, pone en el centro de la atención el tema del maltrato animal en Colombia. La Fundación Derecho Animal Colombia denunció en septiembre de 2024 el fallecimiento de Yogui.Este perrito, en lugar de ser sometido a una eutanasia humanitaria, fue sacrificado con descargas eléctricas por un veterinario identificado como Gustavo Muñoz Ramírez, según información de la Fiscalía.El hecho ocurrió en una vivienda del barrio Diablos Rojos, donde el veterinario fue acusado de utilizar un método cruel e inapropiado. Según la investigación del Grupo Especial para la Lucha Contra el Maltrato Animal (GELMA) de la Fiscalía General de la Nación, Yogui fue llevado al establecimiento debido a su comportamiento agresivo. Sin embargo, en lugar de aplicarle los medicamentos necesarios para una eutanasia ética, el veterinario optó por utilizar cables eléctricos, sometiéndolo a un dolor extremo y prolongado.La dueña del perro y su pareja fueron testigos de lo sucedido. Durante el procedimiento, observaron cómo el profesional conectó los cables al animal y lo sometió a descargas eléctricas, sin haber administrado anestesia previamente. Esta acción no solo causó un sufrimiento insoportable al canino, sino que también puso en peligro a las personas presentes, según declaró la fiscal encargada del caso.Investigación de la Fiscalía, contra el veterinario de Tuluá, está en cursoA pesar de las pruebas presentadas, Gustavo Muñoz Ramírez no aceptó los cargos de maltrato animal imputados por la Fiscalía. En su defensa, aseguró haber suministrado medicamentos al perro antes de proceder, lo que fue desmentido por la dueña del animal. Este hecho ha generado aún más rechazo entre los colectivos defensores de los derechos de los animales y la comunidad en general.Por ahora, el caso avanza en los tribunales, mientras organizaciones y ciudadanos exigen justicia para Yogui. Este lamentable incidente resalta la necesidad de reforzar la aplicación de las leyes contra el maltrato animal en Colombia, las cuales, aunque existen, son consideradas insuficientes en términos de supervisión y sanciones efectivas.El fallecimiento de Yogui se convirtió en un símbolo de la lucha por los derechos de los animales. La comunidad animalista, junto con diversas organizaciones, insisten en que es imperativo que las autoridades implementen controles más estrictos para prevenir y castigar este tipo de actos. Mientras tanto, el recuerdo de Yogui sigue siendo un recordatorio de la urgencia de trabajar por un trato más humano y compasivo hacia los animales en el país.Te puede interesar: Los castigos que podría tener una persona que maltrate un animal
En un panorama que trae a la memoria el caso de Javier Acosta, el hincha de Millonarios que conmovió al país al solicitar la eutanasia, hoy es Alexis Blandón, un ferviente seguidor de Atlético Nacional, quien enfrenta una batalla médica que pone a prueba su fortaleza y esperanza.Alexis Blandón Valencia, de 38 años, oriundo de Caldas, Antioquia, lleva más de dos décadas enfrentando las secuelas de un accidente que lo dejó con una discapacidad física. Sin embargo, su situación se ha agravado en los últimos meses debido a una infección severa causada por una bacteria que los médicos no han logrado erradicar. Esta complicación ha generado una úlcera grave que amenaza su vida.Los especialistas le han ofrecido una única alternativa: amputar ambas piernas para evitar que la infección siga propagándose. Pero Alexis, consciente del impacto físico y emocional de esa decisión, ha optado por no someterse a la operación. Según los mismos médicos, incluso con la amputación, la infección podría seguir avanzando, por lo que el pronóstico sigue siendo sombrío.¿Eutanasia, la única salida?A diferencia de Acosta, quien eligió la eutanasia como salida ante su sufrimiento, Alexis se aferra con fuerza a la vida, impulsado por el amor de su esposa y sus dos hijos pequeños. En una entrevista con Minuto 30, Blandón expresó su motivación para continuar buscando una solución: “No me quiero morir por ellos, por eso quiero buscar una ayuda científica que me pueda ayudar”.La historia de Alexis no solo refleja su lucha personal, sino también la falta de acceso a soluciones médicas avanzadas para casos extremos como el suyo. Es un llamado a la sociedad y al sistema de salud para brindar mayores oportunidades a pacientes que, como él, no se rinden ante un diagnóstico desalentador.Aunque enfrenta retos diarios, Alexis sigue siendo un ejemplo de resiliencia. Su amor por Atlético Nacional y su familia lo han mantenido en pie, resistiendo a pesar de las adversidades. Ahora, su caso busca captar la atención de expertos en salud que puedan ofrecer una alternativa a la que actualmente parece ser una situación sin salida.Mira también: Valerie Domínguez fue duramente criticada por montar en camello
La muerte de ‘Cosmo’, un perro que fue sometido a eutanasia por el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA), ha desatado un intenso debate en Bogotá. El alcalde Carlos Fernando Galán anunció una investigación para esclarecer lo ocurrido y garantizar que las decisiones tomadas por la entidad cumplan con los protocolos necesarios y sean transparentes para los ciudadanos.El trágico inicio de año de ‘Cosmo’El caso comenzó la noche del 31 de diciembre de 2024, cuando 'Cosmo' se perdió tras asustarse por la pólvora. Fue atropellado horas después y rescatado por una pareja que lo llevó al IDPYBA para recibir atención médica. Mientras tanto, su dueño, Javier Barreto, buscaba desesperadamente a su mascota, sin imaginar el desenlace.El 2 de enero, el instituto practicó la eutanasia al perro argumentando que sufría parálisis, pérdida de control de esfínteres y había dado positivo por moquillo, lo que, según ellos, justificaba la decisión como una medida terapéutica para evitar sufrimiento. Sin embargo, la familia de ‘Cosmo’ cuestiona estas afirmaciones. Barreto asegura que su perro no padecía moquillo y que las radiografías sugerían que era posible tratar sus lesiones en lugar de recurrir a la eutanasia.Carlos Fernando Galán lamentó el caso y anunció una investigaciónEl Alcalde de Bogotá utilizó su cuenta oficial de X para expresar su solidaridad con la familia de ‘Cosmo’ y su compromiso de revisar el procedimiento realizado por el IDPYBA."Lamento mucho lo sucedido con Cosmo y me solidarizo con el dolor de su familia. Revisaremos con cuidado el procedimiento adelantado. El instituto debe garantizar siempre la transparencia de sus actuaciones y estar dispuesto a atender las inquietudes ciudadanas y a explicar las decisiones que toma”, afirmó Galán.El pronunciamiento del mandatario de los bogotanos busca no solo aclarar lo ocurrido en este caso, sino también recuperar la confianza en el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal, una entidad que ha enfrentado críticas en ocasiones anteriores.La indignación por la muerte de ‘Cosmo’ ha reavivado el debate sobre las decisiones que toman las instituciones encargadas de proteger a los animales. Mientras que el IDPYBA sostiene que actuó de acuerdo con protocolos para evitar el sufrimiento del animal, los defensores de los derechos de los animales y la familia de ‘Cosmo’ exigen explicaciones más detalladas.Se espera que en los próximos días la investigación arroje luz sobre lo ocurrido y se tomen las medidas necesarias para garantizar que casos similares sean manejados con la máxima diligencia y empatía.Te puede interesar: Perro defiende a mujer de asalto en gasolinera y es herido por delincuentes
Tras el fallecimiento del hincha de Millonarios Javier Acosta se desató una oleada de solidaridad en Colombia y el exterior hacia la decisión que tomó el joven de 36 años quien optó por pedir la eutanasia, luego de que médicamente no le dieran más esperanzas de vida. Pues Javier llevaba nueve años luchando contra varios obstáculos de la vida que iniciaron en agosto de 2015 cuando un bus le pasó por encima y lo dejó en silla de ruedas; cuatro años después contrajo una bacteria en una piscina de Melgar que terminó por carcomer sus tejidos, músculos y hueso.Y este 2024, cuando seguía luchando contra los diagnósticos recibió una noticia desalentadora; los médicos le confirmaron que tenía cáncer en la sangre, que había una opción de tratamiento a través de amputación de sus extremidades, pero además se le había desarrollado un ganglio en su cabeza y que lo mantenía en riesgo de paralizarle el habla. Al no haber esperanza el joven decidió poner fin a sus sufrimiento y el de su familia solicitando la eutanasia que le fue aplicada el viernes 30 de agosto, procedimiento que apagó la vida de Javier Acosta a las 12:47 del mediodíaVelorio de Javier AcostaDespués del deceso del joven los trámites para reclamar el cuerpo no fueron tan sencillos para la familia, pese a que iniciaron los preparativos con tiempo; pues el proceso de entrega y papeleo demoraron un poco más de lo pensado obligando a sus seres queridos a posponer las exequias.Finalmente el sábado 31 de agosto los familiares del hincha de Millonarios recibieron el cuerpo que fue llevado de inmediato a la funeraria para ser velado el domingo 1 de septiembre en una conmovedora ceremonia a la que asistieron miles de personas.Así fue el último adiós a Javier AcostaTras el día de velación el entierro de JAvier Acosta fue este lunes 2 de septiembre en medio de una multitudinaria presencia de amigos, seguidores del fútbol, hinchas, y curiosos que asistieron hasta el barrio donde vivía el joven para darle el último adiós.La misa fue realizada en la iglesia del barrio donde vivió Javier Acosta, por lo que las calles fueron invadidas con bombas y letreros en homenaje al guerrero que conmovió con su historia a toda Colombia. Y aunque el entierro estaba previsto para el mediodía, tuvo que correrse varias horas debido a que la salida del féretro no fue sencilla por a la cantidad de personas que asistieron a darle el adiós al hincha de Millonarios. Por eso, en las calles de Bogotá se desataron 'ríos' de gente y vehículos que acompañaron en caravana y con cánticos y pitos el camino al destino final donde reposará el cuerpo de Javier Acosta. Caravana fúnebre en barrio de Javier Acosta
Tres días han pasado desde que el ferviente hincha de Millonarios, Javier Acosta, decidió poner fin a su sufrimiento el pasado 30 de agosto a través de la eutanasia, después de más de cinco años de lucha contra la osteomielitis adquirida luego de haber quedado en silla de ruedas tras un accidente de tránsito.Según se pudo establecer por diversas entrevistas concedidas a distintos medios de comunicación, Javier, conocido por su espíritu alegre y su inquebrantable devoción hacia el equipo azul y blanco, había heredado su amor por Millonarios de su abuelo, quien desde muy pequeño le inculcó la pasión por el fútbol. "Yo miraba la adrenalina, una tribuna saltando, un sentimiento, todos amigos con todos. Yo dije: 'Eso es lo que yo quiero'", recordó en una entrevista a Teletón hace siete años. Sin embargo, el destino le tenía preparado un giro inesperado.El 9 de agosto de 2019, Javier decidió viajar en moto hasta el estadio Doce de Octubre en Tuluá para presenciar el partido entre Cortuluá y Millonarios. Antes de partir, su madre, preocupada, le envió un mensaje: "Hijo, tenga mucho cuidado, no olvide que aquí hay una hija que lo espera". Estas palabras resonarían en su mente más tarde, cuando la tragedia lo alcanzara en la carretera.Al finalizar el partido, Javier emprendió su regreso a Bogotá, pero en la vía hacia Tuluá, un bus lo hizo caer de su moto. A pesar del impacto, su primera reacción fue levantarse y recoger su vehículo. Sin embargo, en ese momento, el bus pasó por encima de él, aplastándolo con sus cuatro llantas, según recuerda.La situación se tornó aún más violenta cuando una batalla campal se desató en el lugar, con hinchas del equipo rival enfrentándose a los seguidores de Millonarios. En medio de la confusión, Javier fue atacado con machetes a pesar de su grave estado.Sus compañeros de barra lograron levantarlo y trasladarlo a una clínica cercana, donde le dieron los primeros auxilios y lo estabilizaron. Sin embargo, debido a la gravedad de sus heridas, fue necesario trasladarlo a un hospital donde contaban con los equipos adecuados para tratar su condición. Javier permaneció inconsciente durante varias horas, y en una de las entrevistas posteriores, relató que durante ese tiempo vio una luz y una mano que salía de ella. Justo cuando iba a tomar esa mano, sintió un jalonazo y despertó en una camilla mientras los médicos intentaban reanimarlo. Un médico le dijo: "Javier, reaccione", y le explicó que debía despertar para poder realizar las cirugías necesarias, aunque ya le habían confirmado que quedaría inválido. A lo largo de los años, Javier no dejó de amar a su equipo, pero reconoció que su pasión le costó caro. En varias ocasiones expresó que, aunque no se arrepentía de su amor por Millonarios, esta pasión fue la causa de su invalidez y de muchos problemas que pusieron en riesgo su vida. Durante el último mes de su vida, su salud se deterioró gravemente, y fue entonces cuando se dio cuenta de que, de todas las veces que acompañó al equipo con distintas barras, solo pocas personas se preocuparon por su bienestar.Finalmente, Javier Acosta decidió que no quería seguir viviendo con el dolor insoportable que la osteomielitis le causaba. El procedimiento de eutanasia, realizado al mediodía en un entorno privado como era su deseo, marcó el fin de una lucha que duró más de cinco años.Velación y entierro de Javier Acosta, hincha de MillonariosPara su último adiós se anunció la realización de una misa este lunes 2 de septiembre a las 11:00 am en la Parroquia Madre del Divino Amor, ubicada en la Calle 41 B Sur. #16 16 A 15 este - barrio Moralba. Posteriormente su cuerpo sería trasladado al cementerio Jardines del Apogeo para la inhumación.Murió Javier Acosta, el hincha de Millonarios que luchó hasta el final