Genevieve Via Cava, una profesora de Nueva Jersey, Estados Unidos, que raras veces presumía su dinero, falleció repentinamente; sin embargo, años después el colegio en el que trabajó por 45 años volvió a tener noticias de ella.
Siete años después de su fallecimiento, la institución, en la que la mujer educaba estudiantes con discapacidad, recibió un cheque por el valor de un millón de dólares.
“Nunca hubiéramos imaginado que ella hubiera amasado esa cantidad de dinero”, dijo Emanuele Triggiano, superintendente del colegio.
Y agregó: “Ella me dijo una vez que planeaba dejar algo para ayudar a los estudiantes, pero ¿1 millón de dólares? Es increíble”.
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Según se conoció, gracias al dinero que donó, se podrán costear becas anuales de 25 mil dólares, lo que tendrá un “gran impacto en la vida de los niños que amaba”, aseguró Triggiano.
Genevieve, era viuda desde 1990, solía recortar cupones semanalmente y no tenía hijo s. Asimismo, llevaba una vida bastante sencilla, alejada de lujos, y depositaba los cheques que ganaba en una cuenta de ahorro que tenía en el banco.
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Aunque no tenía familia directa que viviera cerca, la docente residía en una casa modesta que pertenecía a sus padres. Fue allí que desarrolló una estrecha amistad con Richard Jablonksi, un hombre que administraba una tienda de ropa que la mujer visitaba con frecuencia para buscar “descuentos del 70 por ciento”.
“Cuando me dijo siete años antes de morir que tenía dinero y quería que yo manejara su testamento , me quedé anonadado al saber cuánto había ahorrado” , señaló el gran amigo de la profesora.
“Ella llamaba y decía: ‘Quiero dejar $100,000 al Ejército de Salvación’ , y ‘Quiero dejar $100,000 a cada refugio de animales del condado’, y ‘Agreguemos una donación de $100,000 al centro de audiencia’. Ciertamente, tenía un corazón generoso”, puntualizó.