El proceso de la eutanasia es un tema complejo que despierta múltiples preguntas, especialmente acerca de cómo funciona el procedimiento y qué ocurre en los minutos finales de vida de una persona que ha decidido ponerle fin a su sufrimiento.
En términos generales, la duración del proceso de eutanasia y qué parte del cuerpo deja de funcionar primero, el cerebro o el corazón, son cuestiones que dependen del método utilizado y del estado de salud del paciente.
¿Cuánto tiempo tarda la eutanasia en hacer efecto?
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En la mayoría de los países donde la eutanasia es legal, el procedimiento se realiza mediante la administración de fármacos que inducen la muerte de manera rápida y sin dolor. El tiempo que tarda una persona en morir tras iniciar el procedimiento de eutanasia varía, pero generalmente oscila entre 5 y 15 minutos.
Este tiempo depende de varios factores, como el tipo de fármaco utilizado, la dosificación, la vía de administración (intravenosa, oral), y las condiciones de salud preexistentes del paciente.
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Los medicamentos más comúnmente utilizados en la eutanasia son barbitúricos de acción rápida, que inducen un estado de coma profundo seguido de una parada respiratoria.
Los fármacos como el pentobarbital y el secobarbital son los más utilizados debido a su eficacia para provocar un sueño profundo seguido de la muerte. Una vez administrados, el paciente pierde la consciencia en cuestión de minutos, y la muerte sobreviene poco después debido a la depresión del sistema respiratorio y cardíaco.
¿Qué muere primero: el cerebro o el corazón?
En términos médicos, la pregunta sobre qué muere primero, el cerebro o el corazón, se centra en comprender la relación entre el cese de la función cerebral y la actividad cardíaca. En el contexto de la eutanasia, la respuesta depende del mecanismo del fármaco administrado.
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Cese de la actividad cerebral: Cuando se administran los fármacos de eutanasia, el primer efecto es la pérdida de consciencia. En este punto, el cerebro entra en un estado de coma profundo, lo que significa que todas las funciones cognitivas superiores (pensamiento, percepción, dolor) cesan.
Cese de la función cardíaca: Poco después de la pérdida de consciencia , la actividad cardíaca se ve afectada. Dado que el cerebro es el órgano que regula la respiración y otras funciones automáticas del cuerpo, cuando su actividad se detiene, la respiración se vuelve cada vez más lenta y superficial hasta que finalmente cesa.
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Sin oxígeno, el corazón pronto deja de latir. En la mayoría de los casos de eutanasia, el corazón sigue latiendo durante unos minutos más después de que el cerebro ha dejado de funcionar. En otras palabras, el cese de la actividad cerebral precede a la parada cardíaca.
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