Un emocionante descubrimiento astronómico está en curso gracias al trabajo colaborativo entre expertos en Hawái y el semillero de astronomía de la Universidad de la Sabana. Utilizando un potente telescopio en la isla de Hawái y un equipo especializado, se están analizando fotogramas y fotografías del sistema solar en busca de posibles asteroides hasta ahora desconocidos.Este es un proceso meticuloso en el que estudiantes de diversas disciplinas desempeñan un papel crucial al presentar datos para su evaluación por parte de los expertos. Su labor es fundamental para discernir entre nuevos asteroides y aquellos ya registrados en las bases de datos existentes. Y los primeros resultados no se han hecho esperar, se ha recibido la emocionante noticia de un potencial nuevo asteroide.El profesor a cargo del proyecto, David Tovar, explicó que los asteroides son cuerpos celestes ubicados en una región específica del sistema solar, principalmente entre las órbitas de Marte y Júpiter. Sin embargo, una categoría de especial interés son los llamados "objetos cercanos a la Tierra", ya que representan un potencial peligro debido a su proximidad orbital.Detectar asteroides, especialmente los más pequeños, puede ser un desafío debido a la cantidad limitada de luz que reflejan. Por lo tanto, es fundamental monitorear continuamente su posición, tamaño y velocidad para evaluar cualquier riesgo potencial. A pesar de los avances en la detección, aún hay muchos asteroides cuya ubicación exacta desconocemos, lo que subraya la importancia de estas investigaciones.En la Universidad de la Sabana, este trabajo se complementa con la labor de dos telescopios propios, que brindan condiciones de observación óptimas para detectar cuerpos celestes de menor tamaño. El análisis de datos provenientes del telescopio en Hawái ha llevado semanas de dedicación y esfuerzo, pero los resultados prometen expandir nuestro conocimiento del cosmos y potencialmente mejorar nuestra comprensión de los riesgos para nuestro planeta.Te puede interesar: Rafa Pérez y los tatuajes que cuentan su historia de vida
Un estudiante universitario compra una lata de gaseosa para calmar su sed, al terminar de beberla no arroja el envase a la basura, sino que lo deposita en una máquina que le paga por reciclar. La escena parece sacada de una película de ciencia ficción, pero es una realidad gracias al proyecto de un boyacense que puso en funcionamiento un novedoso invento en algunas universidades y almacenes de cadena en Bogotá. Se trata de EcoBox, una máquina creada por Andrés Alarcón que recompensa a los ciudadanos que reciclen envases de plástico, aluminio y vidrio. Las EcoBox distinguidas con el logotipo de Unilever entregan bonos de $1.000 para la compra de aerosoles de la compañía, mientras que las máquinas distintivas de Bancolombia consignan, por cada envase, $30 al usuario por medio de la app Nequi, que sirve para manejar el dinero en dispositivos móviles. En total son siete las máquinas distribuidas entre Bogotá y Cundinamarca, específicamente en las universidades Javeriana y Los Andes; en los almacenes Éxito de Chapinero, Américas, Country y Colina Campestre; el edificio CCB en la calle 26; y en la Universidad de la Sabana, en Chía.