La cebolla tiene muchas propiedades . Por ejemplo, son ricas en vitaminas B y C. Sin embargo, no todas las personas deberían comerlas, explica la endocrinóloga rusa Tatiana Bochárova a Sputnik.
Quienes sufren de pancreatitis, gastritis o úlceras, deberían evitar consumirlas, alerta la experta.
"Es necesario excluir la cebolla fresca, ya que aumenta la acidez de estómago. La cebolla cocida es más suave, pero retiene menos vitaminas", afirma Bocháro va.
Si no hay contraindicaciones, se puede comer una cebolla pequeña al día, detalla la doctora.
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¿Fortalecen el sistema inmunológico?
"Es un mito que la cebolla por sí sola refuerce el sistema inmune", asegura la endocrinóloga. Sin embargo, es un alimento que contiene muchas fitoncidas, unas sustancias activas que impiden que las bacterias y los virus se reproduzca, agrega.
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En general, es un producto que estimula el sistema digestivo y el apetito, y es diurético porque elimina toxinas. También contiene, por ejemplo, cobalto, que forma parte de la vitamina B12, responsable de la formación de eritrocitos, así como de la absorción de colesterol y vitamina D.
En la cebolla hay mucho silicio, que es necesario para los vasos sanguíneos, los huesos y la salud del cabello, explica Bochárova.
Además, tienen solo 40 calorías por cada 100 gramos, añade la experta.