Con una sinceridad conmovedora, la actriz Érika Glasser , recordada por su participación en la emblemática serie Padres e Hijos , abrió su corazón para compartir uno de los capítulos más dolorosos de su vida .
En una entrevista con el programa La Red de Caracol TV, reveló que fue víctima de abuso cuando apenas tenía seis años , un hecho que marcó profundamente su infancia y dejó secuelas emocionales que la acompañaron durante décadas.
Érika Glasser afirma que un profesor la abusó
Según narró, el abuso fue perpetrado por un profesor de su colegio , una figura en quien se supone debería haber encontrado protección y guía. Glasser describió que se sentía "asqueada" tras cada encuentro y cómo, a pesar de su corta edad, intuía que lo que ocurría no estaba bien. El miedo constante la invadía cada vez que debía ir al colegio, pero, atrapada en su vulnerabilidad infantil, decidió guardar silencio, sin contarlo ni siquiera a su madre o hermana.
"Fui víctima de abuso cuando estaba pequeña, por un profesor. Me sentía asqueada, llegaba a mi casa, me lavaba las manos, mi cara, mi cuerpo, me cambiaba la ropa y como si no hubiera pasado nada. Yo llegaba al colegio y estaba asustada, todo el tiempo estaba mirando para todos lados a ver cuándo aparecía este personaje, que además es muy triste porque es un profesor", afirmó la actriz.
El dolor no solo se mantuvo oculto, sino que comenzó a manifestarse de diversas maneras a lo largo de su vida. Durante mucho tiempo, Érika cargó con una culpa injusta , sintiendo que, de alguna manera, había sido responsable por lo sucedido, simplemente por ser mujer. Esta pesada mochila emocional la acompañó hasta su adultez , influyendo en sus decisiones y relaciones personales.
Érika Glasser y el impacto de su historia en su vida amorosa
El daño causado en su niñez tuvo un eco silencioso en la vida adulta de Érika Glasser. Tras separarse de su esposo en 2023, un hombre más joven que ella, la actriz empezó a comprender los patrones que guiaban su elección de pareja. Prefería hombres menores para evitar sentirse vulnerable frente a figuras de autoridad masculina, un reflejo inconsciente de aquella infancia marcada por la traición de confianza.
En sus propias palabras, su relación con los hombres mayores estaba "completamente destruida" . El miedo a ser nuevamente víctima de abuso la llevó a construir barreras emocionales, a evitar vínculos que pudieran recordarle el dolor pasado. Esta autoexploración profunda la motivó a iniciar un proceso de terapia en Estados Unidos, donde ha vivido los últimos años, trabajando para sanar las heridas que permanecieron abiertas tanto tiempo.
A pesar de las dificultades, Glasser se muestra optimista y decidida a reconstruir su vida. Reconoce que cada paso que dio, incluso los más dolorosos, formaron parte de su proceso de sanación. Hoy, desde un lugar de mayor conciencia y amor propio, se da una nueva oportunidad para confiar, para amar y, sobre todo, para vivir libre de culpas que nunca debió cargar.
Un papel que llegó para sanar a Érika Glasser
Curiosamente, el regreso de Érika Glasser al cine con la película En lo profundo significó mucho más que un nuevo reto profesional: fue un espejo de su propia historia. El personaje que interpreta, una mujer víctima de abuso, la llevó a enfrentar y verbalizar su propio dolor, transformándolo en una herramienta poderosa de sanación y empoderamiento.
Esta experiencia no solo le permitió sanar heridas antiguas, sino también convertirse en una voz de apoyo para quienes, como ella, han atravesado situaciones similares. Aunque en su niñez guardó silencio, hoy alza su voz con fuerza y valentía, ofreciendo un mensaje de esperanza y resiliencia.
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