Recordado por películas icónicas como George de la Selva , su primer éxito en taquilla que recaudó más de 170 millones de dólares, o la famosa trilogía de La Momia , con la que superó los 400 millones de dólares, Brendan Fraser fue uno de los actores más representativos de los años 90.
Todo parecía apuntar a que el actor seguiría subiendo como espuma, pero algunos acontecimientos que viviría en su carrera actoral y en su vida personal lo terminarían alejando de la pantalla grande y el estrellato, dejándolo incluso, según él, en una lista negra de una de las asociaciones cinematográficas más importantes de Hollywood .
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La carrera de Fraser empezó a decaer gracias a su postura de no aceptar dobles de riesgo en sus películas, lo que lo llevo a realizarse varias operaciones . Seguido a esto, vino también la separación con su pareja sentimental, que terminó en un complicado divorcio , para finalmente caer en el peor problema, que terminaría alejándolo casi por completo de la actuación.
En Hollywood empezó a surgir un movimiento llamado #MeToo, el cual tenía que ver con el rechazo a los casos de abuso sexual en la industria, razón por la cual Brendan decidió romper el silencio y contar el acoso que sufrió en el año 2003 por parte de Philip Berk , quien se convertiría en presidente de la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, organización encargada de los globos de oro .
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Esta sería la razón por la cual el actor dejó de ser invitado a dichos premios, unos de los más importantes a nivel cinematográfico, diciendo en algunas entrevistas que estaba en una especie de lista negra . Lo que lo llevó a presentar cuadros de depresión que lo fueron llevando por un camino escabroso y cada vez más alejado de los reflectores.
Finalmente, el actor vio su renacer en la película The Whale, con la que se convirtió en ganador del Oscar a mejor actor en la versión del año 2023, mostrando su mejor faceta actoral y personal, al lucir renovado en compañía de su hijo y su nuevo amor, demostrando que nada está perdido.
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