Hace casi dos décadas, la televisión colombiana inmortalizó un comercial que marcó a toda una generación. En 2007, Frutiño lanzó una publicidad donde dos hermanos jugaban fútbol en la playa y, después del partido, buscaban una bebida refrescante para saciar su sed.
Este sencillo pero entrañable comercial se convirtió en un referente de la publicidad colombiana, pero lo que pocos sabían es que uno de esos niños tenía un destino extraordinario: convertirse en el baterista de la banda Morat.
Martín Vargas, quien interpretó al niño de camisa amarilla en aquel icónico comercial, es ahora una figura prominente en la escena musical. Aunque comenzó su carrera como modelo infantil y participó en otras campañas publicitarias para marcas como Bon Yurt y Bubbaloo, el verdadero camino de Martín siempre estuvo en la música.
En 2016, se unió a Morat tras la salida de su baterista original, Alejandro Posada, y desde entonces ha recorrido escenarios de todo el mundo junto a la banda.
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Formada en 2011 en la capital colombiana, Morat es una banda de pop-rock latino que saltó a la fama con “Mi nuevo vicio” en 2015. Además de Martín , el grupo está compuesto por Juan Pablo Isaza Piñeros, Juan Pablo Villamil Cortés y Simón Vargas Morales, hermano de Martín.
Con su mezcla de letras emotivas y melodías pegajosas, la banda ha conquistado los corazones de millones de seguidores, acumulando reconocimientos y logrando hazañas como cinco llenos totales en el Movistar Arena de Bogotá.
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El comercial de Frutiño no solo quedó grabado en la memoria colectiva por su mensaje cercano y sencillo , sino que también fue el punto de partida para Martín Vargas.
En aquel anuncio, un pequeño de camisa roja le decía a su hermano mayor que había corrido el doble durante el partido y, con una frase que aún muchos recuerdan , expresaba que eso le había dado “¡el doble de sed!”.
Fue una muestra de cómo los comerciales de aquella época, con sus historias y personajes entrañables, lograron conectar profundamente con el público.
Hoy, Martín Vargas no solo es recordado como el niño del comercial de Frutiño, sino como un músico talentoso que ha llevado a Morat al éxito global .
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Su historia es un ejemplo de cómo los sueños pueden evolucionar con el tiempo, transformando un rostro conocido de la televisión en un artista que inspira a miles de fanáticos alrededor del mundo.
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