Cansado de que los ladrones robaran todas las cosas que llegaban a su casa, Alec Armbruster, un joven estadounidense buscó la manera más divertida para vengarse.
El hombre guardó en una bolsa de basura todo el excremento que su gato hizo por unos días, la metió en una caja, la cual después selló y puso en la puerta de la casa.
Con el fin de comprobar que su experimento funcionara puso una cámara escondida.
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En la grabación que difundió en YouTube se ve cuando un hombre llega, toca la puerta y al ver que nadie le abre, se lleva la caja y huye del lugar en un carro que lo recoge a una cuadra.
En la leyenda de la publicación pidió a ayuda de los cibernautas para identificar al ladrón.
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