Una camiseta, un poncho o una blusa de un ser querido que falleció se puede convertir en la materia prima para confeccionar peluches , gracias a las manos de la boliviana Ibbelisse Molina , que ayuda a la familias a tener más cerca al difunto con sus creaciones y superar el duelo.
Todo comenzó con la camisa naranja que pertenecía al padre de Molina , que ella guardaba como un tesoro ya que no pudo estar presente en el entierro de su padre porque se encontraba en Estados Unidos y las fronteras en Bolivia estaban cerradas por la COVID-19 .
No pudo darle el último abrazo y solo esa camisa le hacía sentir más cerca a su padre, por lo que fue justamente esa nostalgia la que la incentivó a convertir esa preciada prenda en un oso de peluche para que le haga compañía.
"Me animé a hacer un osito porque me parece algo tierno, porque siempre un osito llama a un abrazo, entonces esa era la idea inicial" , contó a Efe.
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Desde el momento en que tuvo en sus manos el oso de felpa se dio cuenta lo importante que era para ella ese muñeco, que recibía ese añorado abrazo y que le ayudaba a superar la partida de su padre.
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"Uno de estos peluches trae un poco más de calma, de quietud en el alma y de recordar lo bueno, que al final es lo que nos queda" , explicó Molina.
Así nació "Sigo contigo", el emprendimiento de Molina en la ciudad boliviana de Cochabamba, que está enfocado en crear peluches con prendas de difuntos que ayuden a superar el duelo.
LAS PRENDAS Y SUS HISTORIAS
Recibe desde camisas y ponchos a blusas y suéteres e incluso corbatas y pijamas de las manos de familiares que perdieron a un ser querido hace muchos años atrás y que preservaban alguna de sus prendas, o de quienes que recientemente sufrieron la partida de algún familiar por la COVID-19.
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Cada prenda guarda una historia de vida, los recuerdos, los aromas, los momentos felices, como también los últimos vividos, por eso que a veces se hace tan difícil para los familiares desprenderse de aquella ropa para dársela a Molina.
Ella se empapa de los recuerdos y la personalidad de quien usó la prenda e intenta reflejar un poco de lo que fue en vida a través del peluche.
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Por ejemplo, una madre le llevó una camiseta que le pertenecía a su hijo que falleció a los 10 años y que de cariño en su casa le llamaban "osito", o le enviaron un pijama que era de una mujer que le decían "abejita" y confeccionó el peluche con la forma de abeja.
También hizo osos de peluche con prendas que tenían varios remiendos, agujeros o manchas por el uso, que los familiares le pidieron que respetara porque eran parte del recuerdo de la profesión, oficio o personalidad del difunto.
En otra ocasión una persona le entregó una camiseta que era la última que había usado su madre antes de entrar al hospital a realizarse un tratamiento y que terminó falleciendo.
"Son historias que remueven muchos sentimientos míos y de las familias" , sentenció.
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De la misma manera, recibió algunas prendas de personas que fallecieron por la covid-19, muchas entregadas por amistades cercanas a las familias que no podían encontrar consuelo por la irreparable pérdida.
Cada oso de peluche es confeccionado por Molina en un día y el costo es el equivalente a unos 20 dólares.
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"Es lindo ayudar a la gente con estos peluches y convertir la tristeza en una sonrisa", finalizó