El amor por un país no tiene comparación y el caso de Carlos Julio Gurumendi, un reportero y ejemplo de la impotencia que genera la pandemia del coronavirus en el mundo.
Hace algunos días, mientras realizaba un reportaje en la ciudad de Guayaquil, el periodista no pudo contener el llanto cuando escuchó sonar las campanas de la iglesia que daban inicio al toque de queda por la pandemia.
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El hombre suplicó al aire: “Se les pide que se queden en casa, por ustedes, por sus familiares” y luego entristecidamente lloró en plena transmisión.
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Debido a que su trabajo lo obliga a estar en contacto con la gente, el hombre tomó la decisión de quedarse a vivir en el canal donde trabaja, la cadena RTS de Ecuador, para evitar que su familia y amigos se contagien del virus.
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“Me conmovió el sonar de las campanas, el no poder abrazar a tu padre, no poder abrazar a tus seres queridos, el no ir a darle un abrazo aquellos que han perdido a un familiar, a un amigo cercano” afirmó en una entrevista.
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Carlos Gurumendi, además, agradece a Dios por permitirle enviar un mensaje a la comunidad para que comprendan la gravedad del asunto. Insistió: “nuevamente de todo corazón les pido, quédense en casa.”
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Cabe resaltar que Ecuador pasa por una situación bastante preocupante. La rápida expansión del virus ha causado la muerte de 172 personas y más de 3465 personas se han infectado hasta el momento.
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Incluso el servicio en los centros hospitalarios de la ciudad de Guayaquil, epicentro de la pandemia en ese país, colapsó, y controlar la problemática en ese lugar se ha convertido en todo un reto.
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