Que los perros persiguen a los gatos es algo bien sabido. Lo inaudito es que se hayan convertido en los mejores amigos para salvar de la extinción a los 1.700 guepardos que quedan en Botsuana.
El principal enemigo del guepardo en este país de África del Sur y otras naciones vecinas es el propio ser humano, que los mata para evitar que no cacen a su ganado.
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Por eso, la Conservación de Guepardo en Botsuana (CCB), un grupo conservacionista, concibió la idea de usar perros entrenados para practicar lo que mejor saben hacer : perseguir a estos felinos y espantarlos de las cabras de los pastores.
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"El cachorro (canino) se cría con el ganado desde que tiene 6 o 8 semanas y crece creyendo que es una cabra y protegiendo a su familia", cuenta a Efe la coordinadora de Compromiso y Sensibilización de esta organización, Jane Horgan, en Ghanzi, un pueblo del oeste del país.
Ese can, de carácter vivaracho, tamaño pequeño y a menudo de color marrón, es una raza local, la Tswana, que está adaptada a las condiciones de la sabana de esa zona y resulta económica.
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" Los perros son capaces de detectar cuando el guepardo se acerca e interrumpen su patrón de caza al ladrar y a veces perseguir al felino. Así advierten al resto del ganado y hacen que se agrupe para que sea más seguro", prosigue Horgan.
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El guepardo es el mamífero más rápido de la Tierra, capaz de alcanzar velocidades de hasta 115 kilómetros por hora y con una capacidad de aceleración superior a la de algunos automóviles, aunque solo puede mantener ese ritmo frenético unos metros.
Los guepardos, a diferencia de sus "primos", los leones y los leopardos, cazan solo de día gracias a su vista privilegiada, su velocidad y su célebre piel moteada, que les ayuda a ocultarse en la vegetación seca.
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Ese hábito provoca que muchos ganaderos les echen la culpa de la muerte de sus cabras. Y acaban disparados, envenenados y atrapados, a veces, de forma cruel.
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"Algunas personas usan jaulas para atraparlos y luego les disparan cuando se meten en ellas. Desafortunadamente, las personas pueden ser muy creativas cuando se trata de matar carnívoros", explica esta activista.
Esta organización estima que se matan 200 guepardos cada año en este país de África austral. La población total ronde los 1.700 en Botsuana y no llega a los 7.000 en el resto del continente, donde reside esta especie.
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Según un estudio de 2017 que codirigió el CCB, el número de guepardos que se matan en el sur de África supera la tasa en la que el animal puede reproducirse , lo que significa, según Horgan, "que la población está en una espiral descendente hacia la extinción".
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En 2014, esta organización le dio un perro a Naomi Torumba, una agricultora de la aldea de Karakubis, en el extremo oeste del país, para ayudarla a proteger sus cabras. Su rebaño ha crecido de 25 a 53 ejemplares.
"El método es asequible para los agricultores locales y todo lo que se necesita es apoyo en el entrenamiento del perro y el bienestar animal", comenta a Efe la coordinadora en Botsuana de este programa, Kristina Kesch.
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"Creo que e ste concepto tiene un enorme potencial para extenderse por toda la región ", remarcó Kesch.
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