"Para contar nuestra historia" Wang Fan, propietario de una microcervecería en Wuhan, decidió crear una cerveza llamada "¡Ánimo Wuhan!" que conmemora los 76 días de confinamiento en la ciudad china donde apareció por primera vez el COVID-19.
El hombre de 36 años, conocido en la próspera comunidad de cerveceros artesanales de China, es nativo de esta metrópoli de 11 millones de habitantes en el centro del país, ahora conocida en todo el mundo.
Wang Fan, que en 2013 fundó la "Cervecería No. 18" y es propietario de cuatro bares, dice que su negocio estuvo a punto de desaparecer durante el cierre de Wuhan (del 23 de enero al 8 de abril).
Desde entonces, la vida se reanudó en la ciudad, donde el coronavirus fue detectado por primera vez en diciembre de 2019 antes de cobrarse en el país oficialmente unas 4.000 vidas. Pero las cicatrices permanecen.
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El confinamiento fue traumático para los wuhaneses, enfrentados a un virus del que los científicos no sabían casi nada en ese momento.
Fue en esa época cuando Wang Fan y su equipo tuvieron la idea de una nueva cerveza: "Wuhan Jia Hazi You!" ("¡Ánimo Wuhan!"), que finalmente pusieron en venta en abril en forma de latas de 33 cl.
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La lata, de color gris con dibujos coloridos de árboles típicos chinos en flor, era una forma de "contarle a la gente nuestra historia", explica el cervecero.
La etiqueta tiene incluso una pestaña que permite desplegar una larga cronología ilustrada del confinamiento de Wuhan.
Las fotos en blanco y negro muestran al personal sanitario con trajes de protección, voluntarios con mascarilla y un puente desierto sobre el río Yangtsé.
"¡Ánimo Wuhan!" es una cerveza dulce, inspirada en los cerezos en flor que dan a la ciudad tonos rosados cuando florecen en primavera.
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Las bebidas de la "Cervecería No. 18", que recibió varios premios por sus cervezas, están a la vanguardia de la escena nacional e incorporan elementos de Wuhan y China. Algunas están hechas con semillas de sésamo negro, hojas de té o coco.
El COVID-19 está ahora prácticamente erradicado de China, gracias a las cuarentenas, los test masivos, la vigilancia de la población y el uso generalizado de mascarillas.
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Pero la epidemia afectó duramente los negocios de la "Cervecería No. 18", que se vio obligada durante el confinamiento a tirar casi 12.000 litros de cerveza almacenados en sus tanques.
"Fue un desastre. Casi nos hundimos. Todos nuestros establecimientos estuvieron cerrados por más de tres meses", recuerda Wang Fan.
La vida se reanudó gradualmente tras el fin del confinamiento y en verano los bares de la ciudad se recuperaron.
Las 100.000 latas de "¡Ánimo Wuhan!" ya han sido vendidas.
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"Finalmente se vendieron rápido, porque todos querían ayudar a Wuhan de una forma u otra", dice Wang Fan.