Cristiano esperaba agazapado su noche en Sochi para torcer a su favor, solo horas más tarde, la despiadada competencia con Messi, pero el astro portugués, como el argentino, fue una sombra y también tuvo una despedida prematura.
Como su competidor de la década, el astro del Real Madrid no encajó nunca en el partido controlado en forma escalonada por una organizada defensa celeste.
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El luso arrancó el Mundial como para ser figura estelar anotando una tripleta en el debut ante España, marcó en el segundo juego ante Marruecos y se fue apagando como un fósforo hasta despedirse del Mundial liderando un discreto Portugal.
Un intratable Cavani, en cambio, anotó un doblete a Portugal y quedó con tres tantos, a uno de Cristiano que ya no podrá aumentar su cuenta, y a dos del inglés Harry Kane, líder de los goleadores.
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Pero la celebración uruguaya tuvo un gustito amargo porque el atacante del PSG francés salió del campo de juego al minuto 70 al parecer por una dolencia muscular.
Sin alardes, el equipo dirigido por el veterano Oscar Tabárez se va perfilando como uno de los aspirantes sin haber sido nunca incluido en el pelotón de los favoritos, del que ya salieron eyectados Alemania, en primera ronda, y Argentina, este sábado en octavos.
Si hay alguna selección que nunca muere en Sudamérica esa es la guerrera Uruguay, que solo se va de los torneos cuando la echan.
La bicampeona llegó a octavos impoluta tras tres triunfos y con la portería a cero y ahora despidió a la Portugal de Cristiano.
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Como para soñar en grande, 68 años después del Maracanazo y a 88 años de su primer título mundial.
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