
Juan Camilo Trejos, estudiante de tercer semestre de Ingeniería Civil en la Universidad Alexander Von Humboldt, vivió de frente el horror del accidente de bus que marcó a todo el Quindío. El sábado 24 de mayo, cuando el vehículo en el que regresaban de una salida pedagógica perdió los frenos en la vía La Línea, su vida —y la de sus compañeros— cambió por completo.
Trejos formaba parte del grupo de 26 personas que volvía de una visita técnica organizada por el Invías, en la que recorrieron túneles y viaductos del corredor vial. El plan académico terminó convertido en tragedia cuando el bus entró al puente helicoidal del sector El Naranjal, a la altura del kilómetro 5 de la vía Cajamarca–Calarcá. El conductor ya había advertido que tenía problemas con los frenos. Minutos después, la pesadilla se hizo realidad.
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“El conductor le dijo a uno de los profes que no le estaban respondiendo los frenos. Apenas lo oímos, empezaron los gritos. Era una angustia tremenda”, relató el estudiante en medios nacionales. “Intentó frenar con la caja de cambios, pero el bus ya venía muy rápido. Ya nada funcionaba”.
El puente helicoidal es una zona que genera nerviosismo entre conductores por el historial de incidentes. Trejos sabía lo que se venía: “Pensé que el bus iba a volar. Que hasta ahí llegábamos”.
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En conversación con Noticias Caracol, el joven aseguró que desde el arranque del viaje hubo señales preocupantes. Inicialmente, el grupo iba a viajar en otro bus, pero fue reemplazado por uno que también presentaba fallas: “Era muy duro para meterle los cambios, esa fue la falla con la que empezó todo”, contó. Y durante el trayecto, ese problema no cambió.
Juan Camilo recuerda que fue uno de sus profesores quien les gritó que se sostuvieran fuerte. Fue entonces cuando su instinto lo llevó a aferrarse a la silla con todas sus fuerzas. “No había más qué hacer. Me agarré con todo. Solo pensaba en protegerme”.

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En medio del caos, intentó ayudar. Uno de sus recuerdos más vivos es haber vuelto al bus después del choque para tomar un extintor y vaciarlo sobre el motor, que ya botaba humo. Quería evitar que el vehículo explotara. No sabía si había fuego, pero actuó rápido.
Trejos también acompañó a su compañero Yeison Andrés Parra, quien aún estaba consciente cuando lo ayudó, pero que tristemente falleció horas más tarde en un centro médico por la gravedad de sus heridas.
Las autoridades manejan como hipótesis principal una falla en los frenos. “El exceso de velocidad hace que la curva le gane al conductor. Da contra los parales del puente y varios ocupantes salen expulsados”, explicó el coronel Luis Atuesta, comandante de la Policía del Quindío.
El bus, identificado con las placas TVK 683 y perteneciente a la empresa Logytour, estaba terminando el regreso de la jornada académica iniciada a las 6:00 a. m. Pese a los reclamos por el mal estado del vehículo, el viaje siguió adelante.
La Universidad Alexander Von Humboldt decretó dos días de luto institucional y ofreció apoyo total a las familias. También anunció que cuatro estudiantes decidieron no ir a la salida académica por motivos personales, salvando su vida de manera inesperada.
Los fallecidos fueron identificados como Daniel Felipe Arias García, Alejandro Villada Ospina, Jorge Iván Ocampo, Juan José Restrepo Gómez, Deiver Felipe Vargas, Anyie Milena Ocampo, Thylian Marín Muñoz, Yeison Andrés Parra, Andrés Felipe Villero y Luis Enrique Valencia.
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Entre los heridos están Juan Camilo Trejos, José Luis Lancheros, Samuel Andrés Benjumea, Jhon Freddy Chacón, Camilo Ramírez, María Belén Zapata, entre otros. Trejos fue dado de alta con lesiones menores la noche del mismo sábado.
“Algo me agarró y me salvó”
Juan Camilo, quien se considera un hombre de fe, contó que no puede explicar cómo salió casi ileso del accidente. Dice que sintió como si “algo” lo hubiera sostenido justo antes del impacto. “Algo me agarró, yo soy un hombre de fe”, aseguró.
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