
A pesar de que los loros han sido considerados tradicionalmente como mascotas exóticas y llamativas en muchos hogares colombianos, su tenencia en espacios domésticos constituye una práctica ilegal que genera graves impactos en los ecosistemas. Esta situación, además de ser sancionada por la ley, alimenta un problema persistente en el país: el tráfico de fauna silvestre.
El uso de loros como animales de compañía responde a su apariencia vistosa, su facilidad para imitar sonidos y su conducta social. Sin embargo, estas aves forman parte de la fauna silvestre colombiana y cumplen funciones ecológicas esenciales, como la dispersión de semillas o el control natural de ciertas plagas. Al ser extraídas de su entorno, pierden la posibilidad de realizar estas tareas que benefician al medio ambiente.
Tener animales silvestres en casa es ilegal y sancionable
Ahora bien, la normativa vigente, incluida en la Ley 1801 de 2016 (Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana), establece que mantener animales silvestres en el hogar, como loros, cotorros, tortugas, iguanas, boas o monos tití, es una infracción ambiental. Las autoridades están facultadas para actuar frente a estas situaciones cuando son reportadas por la ciudadanía a través de líneas como el 123 de la Policía Nacional.
Una vez verificada la presencia del animal mediante inspecciones o informes técnicos, se procede a imponer una sanción. Para 2025, la multa económica asciende a $393.440 pesos y viene acompañada del decomiso del ejemplar, que es trasladado a las entidades ambientales competentes para su valoración y eventual rehabilitación.
Publicidad
Más allá del aspecto legal, el tráfico de fauna silvestre representa una amenaza concreta para la biodiversidad colombiana. En el marco de la COP16, se reveló que solo entre enero y octubre de 2024 fueron decomisados más de 200 animales silvestres o partes de estos en el aeropuerto El Dorado. En la última década, los casos identificados superan los 8.200. Sin embargo, la falta de un sistema unificado de información dificulta conocer la magnitud exacta del problema en todo el país.
Te puede interesar:
Publicidad
La domesticación de los loros afecta su salud y comportamiento natural
Además del deterioro ambiental, los expertos advierten que someter a estas especies a condiciones domésticas también provoca sufrimiento. La imposibilidad de volar libremente, de reproducirse o de interactuar con otros miembros de su especie afecta su bienestar físico y emocional. Incluso con buena alimentación y cuidados, los recintos caseros no suplen las necesidades naturales de estas aves.
La protección de los loros y otras especies silvestres comienza por evitar su captura, tenencia y comercialización. Dejarlos en libertad, en su entorno natural, es la forma más efectiva de garantizar su supervivencia y conservar el equilibrio ecológico.