Tatiana Hernández salió del Hospital Naval de Cartagena el domingo 13 de abril en horas de la tarde. Era un día tranquilo. En la mañana había estado en misa con su familia y luego se fue a cumplir con unas labores pendientes para organizar su semana de internado en medicina. Estaba estresada, así se lo dijo a una amiga poco antes de que su rastro se esfumara.
Frente al mar, en los espolones de Cartagena, decidió sentarse un momento a tomar aire. Lo siguiente que se supo fue que sus sandalias y su celular quedaron abandonados en ese mismo sitio. Desde ese instante, comenzó la angustia para sus padres y un operativo de búsqueda que no se ha detenido.
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La última imagen que se tiene de Tatiana fue grabada esa misma tarde, poco antes de su desaparición. No hay cámaras que muestren más. Esa noche, su novio llamó desde Bogotá preguntando por ella, pues no lograba contactarla. Fue ahí cuando la familia activó todas las alarmas y, de inmediato, empezaron a buscarla por toda la zona cercana al centro histórico.
Los días siguientes fueron de incertidumbre, pero también de acción. Se activó la alerta rosa y se sumaron instituciones como la Policía Metropolitana, el CTI, la Fiscalía, Bomberos y la Armada Nacional. Al principio, la atención se concentró en el mar, ya que se trataba de una zona cercana a una playa restringida, pero al no encontrar resultados en el agua, la mirada se volcó hacia tierra firme.
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Nueva pista sobre Tatiana Hernández aviva la ilusión: testigos coinciden en un lugar clave
A pesar del silencio oficial, esta semana surgió una información que renovó el aliento de la familia Hernández. Según contó Lucy Díaz, la mamá de Tatiana, a la revista Cambio, varios artesanos que trabajan en el tradicional sector del reloj, dentro del centro histórico de Cartagena, aseguraron haber visto a la joven entrar a la ciudad amurallada por el mismo espolón donde fue vista por última vez.
La versión se repite. Son varios los testigos que coinciden en que la vieron caminar —no más de cuatro kilómetros— hasta ese punto. Incluso, según lo que cuentan, recuerdan que se sentó justo en el mismo sitio antes de entrar al centro. Lo que pasó después sigue siendo un misterio.
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Es una pista clave, porque por primera vez varias personas coinciden en un punto exacto. Y aunque las autoridades no han mostrado imágenes ni avances por tratarse de un proceso reservado, Díaz aseguró que podrían existir grabaciones que aún no se han revelado.
Mientras tanto, el papá de Tatiana no pierde la fuerza. En un mensaje dirigido a su hija a través de Noticias Caracol, expresó: “No vamos a parar de buscarte. Vamos a estar aquí hasta que te encontremos. No vayas a desfallecer, saca fuerzas”.
Un mes después, la familia mantiene la búsqueda activa por su cuenta. Ante la falta de respuestas oficiales, autorizaron una investigación privada que les ha permitido seguir algunas pistas. Pero el tiempo sigue corriendo y las certezas aún no llegan.
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