Para muchas mujeres, encontrar un par de botas que se ajusten cómodamente a sus pantorrillas puede ser una verdadera odisea.
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Aunque la moda ha empezado a ofrecer opciones “wide calf” (pantorrilla ancha), no siempre es fácil conseguirlas en todos los modelos o tallas.
Existen formas caseras, económicas y eficaces de adaptar esas botas que tanto te gustan a la forma de tus piernas, sin comprometer el estilo ni la salud del calzado.
La incomodidad causada por unas botas demasiado ajustadas no solo afecta tu look, también puede restringir la circulación sanguínea y generar molestias prolongadas.
De hecho, un estudio publicado en The Journal of Foot and Ankle Research (2017) destacó la importancia de un calzado que respete la morfología individual de las piernas para evitar problemas musculoesqueléticos y circulatorios .
Por eso, te compartimos tres métodos caseros recomendados por expertos en calzado y estilistas, para que le des una segunda oportunidad a esas botas que creías perdidas.
1. El truco del vapor: suaviza y adapta el material
El vapor caliente es un gran aliado cuando se trata de moldear materiales como el cuero o la cuerina. Este método es particularmente útil si necesitas una expansión moderada y controlada.
¿Cómo hacerlo?
- Hierve agua en una olla grande y colócala en una superficie segura.
- Sostén las botas, una por una, sobre el vapor (sin sumergirlas ni mojarlas directamente), durante unos 5 minutos. Usa guantes o tenazas para evitar quemaduras.
- Una vez caliente y más flexible, colócate las botas sobre una prenda gruesa o con calcetines dobles para estirar el material naturalmente mientras se enfría.
- Camina dentro de casa con ellas puestas durante al menos 30 minutos.
El calor abre los poros del material, permitiendo que se adapte mejor a la forma de tu pantorrilla. Se recomienda repetir este proceso unas tres veces si se desea una expansión mayor.
2. Bolsas con agua al congelador: expansión controlada
Este truco es un clásico en el mundo del calzado y sigue funcionando maravillosamente. La idea es aprovechar el volumen que gana el agua al congelarse para que, al expandirse dentro de la bota, esta ceda suavemente.
¿Qué necesitas?
- Bolsas de plástico con cierre hermético.
- Agua y espacio en el congelador.
Instrucciones:
- Llena las bolsas con agua hasta la mitad y ciérralas bien.
- Introduce una bolsa en cada bota, asegurándote de que llegue hasta la parte del caño que deseas ensanchar.
- Coloca las botas en una bolsa externa para protegerlas y luego llévalas al congelador durante unas 6-8 horas.
- Retira y deja que se descongelen a temperatura ambiente antes de sacar las bolsas.
Consejo: Este método es especialmente eficaz con botas de materiales sintéticos o semi-rígidos.
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3. Relleno progresivo con objetos cilíndricos
La última técnica requiere más paciencia, pero es ideal si no quieres usar calor ni humedad. Se trata de estirar el material de forma progresiva con objetos cilíndricos que simulen el tamaño deseado de tu pierna.
¿Cómo hacerlo?
- Consigue botellas, latas grandes o incluso rollos de papel de cocina bien prensados.
- Envuélvelos con una toalla para evitar marcas y colócalos dentro de las botas.
- Déjalos allí durante al menos 48 horas. Puedes ir aumentando el grosor del objeto con el tiempo.
Beneficio adicional: Al aplicar presión gradual, el material se adapta con menor riesgo de deformación o daño.
La estilista colombiana Mariana Gómez, especializada en moda inclusiva, afirma que “el calzado debe ser un aliado del cuerpo, no un enemigo estético. Estos métodos caseros permiten que las mujeres no tengan que elegir entre salud y estilo”.
Además, aconseja utilizar cremas suavizantes para cuero después del procedimiento, para mantener el material flexible y en buen estado.
Ya sea con vapor, hielo o presión, existen soluciones caseras que realmente pueden ayudarte a agrandar tus botas sin recurrir a un zapatero ni resignarte a dejarlas en el fondo del clóset.
La clave está en tener paciencia, cuidar los materiales y entender que cada cuerpo es distinto, por lo que también el calzado debe adaptarse a ti, y no al revés.
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