
Carlos Lehder, uno de los nombres más notorios en la historia del narcotráfico colombiano, volvió a ser noticia tras su reciente arribo al país el 28 de marzo.
Este excapo del cartel de Medellín aterrizó en el Aeropuerto El Dorado en un vuelo comercial proveniente de Alemania, después de haber cumplido su condena en Estados Unidos y haber pasado los últimos años en territorio europeo.
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El impacto de Lehder en el mundo del narcotráfico comenzó a notarse desde los años 70, cuando, siendo apenas un joven con mentalidad ambiciosa, ya había construido una red de compraventa y contrabando de vehículos robados. Para ese entonces, según registros del FBI, ya había amasado una pequeña fortuna que le permitió adentrarse en otros negocios turbios.
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Un estilo de vida lleno de lujos y excesos
Desde sus primeros años como figura clave en el narcotráfico, Lehder se destacó por su estilo de vida extravagante. Se rodeó de lujos impensables y no dudaba en presumirlos.
Fotografías de su juventud lo muestran disfrutando de sus excentricidades junto a otros narcotraficantes, en fiestas desbordantes y rodeado de vehículos de alta gama.
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La isla de Norman's Cay, en las Bahamas, fue su paraíso personal: un punto estratégico para el envío de cargamentos de cocaína hacia Estados Unidos y, al mismo tiempo, el escenario de sus desenfrenadas reuniones con figuras del bajo mundo.
En 1974, Lehder ya estaba involucrado en el tráfico de marihuana, de la cual también era consumidor. Sin embargo, su visión empresarial iba más allá. Durante su paso por la cárcel de Danbury, en Connecticut, desarrolló un plan para transportar cocaína desde Colombia, idea que comenzó a ejecutar tras salir en 1975.
Con el tiempo, consolidó un negocio que le permitió generar enormes sumas de dinero y ganarse un puesto dentro del cartel de Medellín.
La captura que marcó su caída
Pero todo imperio tiene su fin. La captura de Lehder en 1987 marcó el cierre de su era de excesos. Se dice que fue traicionado por Pablo Escobar, quien, buscando ganar la simpatía de las autoridades, alertó sobre la ubicación de una fiesta que Lehder había organizado el 4 de febrero de ese año. En la finca donde se llevaba a cabo el evento, en Guarne, Antioquia, fue arrestado.

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Tras su extradición, enfrentó una condena de más de 135 años, que luego fue reducida a 55 tras colaborar con la justicia estadounidense. Finalmente, en 2020, quedó en libertad y fue trasladado a Alemania debido a problemas de salud.
Ahora, a sus 74 años, Carlos Lehder regresa a Colombia, aunque bajo un panorama completamente distinto. Su historia sigue siendo un reflejo de la era en la que el narcotráfico marcó el rumbo del país, dejando huellas imborrables en la memoria de muchos.
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