Play Boy en un inicio era reconocida por ser solamente una revista que, con el tiempo utilizó este nombre para convertirse en un centro de entretenimiento, donde varias mujeres con el alias de ‘conejitas’ eran usadas para esparcimiento exclusivo en bares
Dentro las confesiones más escabrosas se encuentran la de una exconejita, el cual relató que Hugh Hefner , fundador de la revista, grababa a las mujeres en las fiestas sexuales sin su consentimiento.
La mujer relató en una de sus declaraciones para un documental en el que se revelarán los diferentes secretos que allí se escondían, que: “Tenía videos de todos. La primera vez que vi uno, había dos pantallas en la habitación. Me di cuenta de que estaba yo, en una . ‘¿Qué estás haciendo?’, le dije. Después entraron más chicas a la habitación que tuvieron la misma reacción mía”, inició su relato, la exconejita.
‘Me dijiste que no había seguido grabando’, le comenté. ‘¿Vos creías que realmente iba a frenar?’, fue su respuesta. Lo hizo de todos modos”, exclamó, quebrada Sondra Theodore una de las exnovias del empresario.
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Además de Theodore quien explicaba lo doloroso que fue ser protagonista de estos videos sin consentimiento, también fue Stefen Tetenbaum un empleado que trabajó por muchos años para Hefner, quien explicó detalles importantes del empresario durante las fiestas.
Tetenbaum relató: “Grababa todo lo que pasaba en la habitación. Muchos actores, deportistas y estrellas iban allí y tenían sexo con estas chicas”.
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También comentó que Hefner nunca participó de las orgías y que únicamente le gustaba ser observador, no le gustaba aparecer en los videos y s olo veía lo que hacían los diferentes artistas con las mujeres que muchas veces quedaban devastadas después de lo que la obligaban hacer.
Dentro de las diferentes confesiones en el que muchos fueron protagonistas o simplemente testigos de lo que hacía el famoso empresario se encontraba lo que él mismo llamaba “noches de cerdos”
Este “evento” que convocaba Hefner una vez por semana se trataba, según testimonios, de invitar a sus más íntimos amigos para hacer lo que quisieran con las mujeres.
Acto seguido, llamaba a las trabajadoras sexuales que según él eran las más “feas” para ofrecérselas a sus amigos.
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Una de sus víctimas y testimonios que aparecen el archivo es el de la actriz porno Linda Lovelace quien manifestó que “la trataban como un pedazo de carne” y por si fuera poco la obligaron a tener sexo oral a un pastor alemán mientras los demás observaban y festejaban.
Tanto Linda como Sondra coincidían en sus escabrosas historias en que dejaban mal tanto psicológica como físicamente.