Su trágico momento ocurrió a inicios del 2014, cuando Jonathan Vega le lanzó un compuesto líquido que cayó en su rostro, cuello y brazos como forma de venganza, pues se presumió que sentía gran impotencia al sentir el rechazo de Natalia, quien no quería tener una relación sentimental con el hombre por reservadas razones.
Sin embargo, allí giró la vida de la bogotana de una manera impactante, pues su proceso de recuperación fue complicado, incluyendo su proceso de aceptación, pues se diagnosticó que un 37% de su rostro resultó afectado y tuvo que someterse a un aproximado de 37 cirugías plásticas de reconstrucción.
A pesar de esto, Natalia demostró su fortaleza y comenzó a incurrir en un nuevo mundo en el que apoyaba y reprochaba todos los actos en los que la violencia estuviera de por medio.
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De tal forma, ha asistido a diversas charlas en las que ha involucrado sus experiencias personales como una forma de concientizar y explicar las maneras o procedimientos de actuación ante un ataque químico.
A través de sus
Finalmente, hace poco reveló una imagen de su rostro antes del ataque químico mientras despedía la vida a su padre con un mensaje bastante emotivo, pues este la acompañó y apoyó por un gran tiempo.
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