Alina Lozano, la reconocida actriz de Pedro el Escamoso contó como fue su dura experiencia tras haber estado internada por COVID-19 y casi no haberlo logrado.
De acuerdo con la escritora, estuvo en cuidados intensivos por varios días y ahora está en una habitación de recuperándose.
"Una sobreviviente más del COVID, ahora que ya salí de la UCI y que ya pase por cuidados intensivos y que en este momento estoy en la habitación ya en franca recuperación quiero empezar a compartirles mi experiencia", dijo.
Y aunque pensó que no lo iba a lograr debido a que la enfermedad es muy dura y ella no es tan fuerte, lo logró, por eso ahora quiere volver a comenzar.
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“Hay que volver a estrenar la vida, volver a nacer. Por un momento, pensé que no lo iba a lograr, no soy una mujer fuerte, la verdad", agregó.
Pues según expresó, la vida le dio un segundo tiempo, refiriéndose a una segunda oportunidad
"Parece que se decidió un segundo tiempo para Alina Lozano”, manifestó.
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Cabe mencionar que la actriz destacó la labor del personal médico y la calificó de admirable e increíble, ya que aunque en un principio le daba miedo que la intubaran, eso le salvó la vida.
“En la UCI, estaba con varias personas a mi lado. Dos personas intubadas, un hombre y una mujer; yo, en la mitad. Los médicos, decidiendo si para salvarme había que intubarme; yo, petrificada. Decidimos una estrategia que se llama pronación, es estar muchas horas boca abajo, aliviando la tensión de los pulmones. Duro, verraco”, dijo.
Lozano también aseguró que en el hospital no la valoraron de más por ser actriz, sino por ser una mujer, hecho que le pareció muy lindo.
“Y una cosa me parece superlinda: ser no la actriz, sino la mujer que está ahí luchando por su vida al lado de los médicos y, sobre todo, ellos luchando por mi vida, conmovedorsísimo. Cuando me veían que no podía más, ellos se plantaban, primera, segunda, tercera línea”, afirmó
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De hecho confesó que todo el personal médico es tan admirable que lloró al ver todo lo que hacen por salvar la vida de cada uno de sus pacientes.
“La manera preciosa, absolutamente preciosa, como trataban a las personas intubabas, me hizo llorar. Ver a las enfermeras, a las jefes, médicos, entrar, saludarlas, decirles piropos, también a mí, claro… El respeto profundo por el cuerpo, organizarlas, bañarlas, hablarles”, señaló.
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