
¿Qué pasa con usuarios que no se pasen al nuevo sistema de llaves de Bre-B?
Colombia se moderniza con Bre-B. Conoce qué implica el nuevo sistema de pagos del Banco de la República y cómo afectará a quienes no lo adopten.

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Colombia se encuentra en un proceso de transformación digital en sus transacciones financieras. El Banco de la República lanzó Bre-B, un innovador sistema de pagos que promete revolucionar la forma en que los ciudadanos envían y reciben dinero.
Pero, ¿qué implicaciones tiene para aquellos usuarios que decidan no unirse a esta nueva era de pagos?
Desde su implementación el pasado 14 de julio, Bre-B ha tenido una acogida notable. Ya son más de 7.5 millones de "llaves" inscritas, con un promedio de 2.2 llaves por usuario y 1.3 medios de pago por cliente.
En total, más de 3.4 millones de colombianos ya cuentan con una llave registrada en este sistema, lo que facilita enormemente las transferencias entre individuos, comercios, pequeños emprendedores y, próximamente, permitirá incluso el pago de servicios públicos y la recepción de remesas desde el exterior.
Bre-B no es solo una plataforma más; es una infraestructura interoperable diseñada para agilizar las transferencias bancarias. Como explicó Ana María Prieto, directora del sistema de pagos del Banco de la República, esta herramienta permite enviar dinero de una cuenta a otra en menos de 20 segundos, incluso si se trata de bancos diferentes.
Actualmente, el sistema opera para movimientos dentro del país, pero sus desarrolladores tienen planes ambiciosos de expansión. Para septiembre de 2025, se espera la activación de nuevas funcionalidades que simplificarán aún más los procesos.
Los colombianos podrán enviar dinero utilizando únicamente una "llave", un identificador único asociado a su cuenta, sin necesidad de proporcionar el número completo de la cuenta bancaria del destinatario.
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Además, se habilitarán pagos mediante códigos QR, una solución ideal tanto para pequeños comercios como para transacciones entre personas, impulsando la digitalización de la economía.
Si bien Bre-B representa un avance significativo en la eficiencia de los pagos, surge la pregunta: ¿qué ocurrirá con los usuarios que no se adapten o no registren sus llaves en este nuevo sistema?
Es fundamental entender que, por ahora, la transición a Bre-B no implica la eliminación de los métodos de pago tradicionales. Los sistemas actuales como las transferencias interbancarias (mediante PSE, por ejemplo) y las operaciones en sucursales bancarias seguirán funcionando. Es decir, no registrarse en Bre-B no significa que quedarás excluido del sistema financiero.
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Sin embargo, los usuarios que no adopten Bre-B podrían experimentar ciertas desventajas. La principal es que no se beneficiarán de la rapidez y la gratuidad que ofrece la nueva plataforma.
Sus transacciones seguirán estando sujetas a los tiempos de procesamiento habituales (que pueden ser horas o incluso días hábiles para transferencias entre diferentes entidades) y, en algunos casos, a los costos asociados que cada banco aplique a las transferencias tradicionales.
Además, con la progresiva integración de más funcionalidades como el pago de servicios públicos y las remesas a través de Bre-B, los usuarios no registrados podrían encontrarse con limitaciones en la comodidad y la eficiencia para realizar este tipo de operaciones.
Mientras otros disfrutan de la inmediatez y la sencillez de un pago con una llave o un QR, ellos tendrán que seguir recurriendo a métodos más antiguos, lo que podría implicar más pasos o tiempos de espera.