En la capital colombiana, el Día de las Brujas se vive con entusiasmo, pero también hay una rica tradición de mitos y leyendas locales relacionadas con niños que siguen siendo relevantes en la cultura popular.
Uno de los mitos más conocidos es el del Niño Perdido del Cerro de Monserrate. Según la leyenda, un niño que se pierde en el cerro puede ser víctima de espíritus malignos que habitan en el lugar.
Esta historia advierte a los niños sobre los peligros de alejarse de casa sin supervisión.
Otro mito popular es el de la Llorona del Río Bogotá. Se dice que la Llorona aparece en las orillas del río, llorando por sus hijos perdidos. Los niños que escuchan su llanto pueden ser llevados por ella, lo que les recuerda la importancia de escuchar a sus padres y no aventurarse solos.
En la Plaza Bolívar, se dice que el Hombre del Saco busca niños traviesos para llevarlos en su bolsa. Esta leyenda enseña a los niños a comportarse y respetar a los demás. En el Barrio La Candelaria, los duendes juegan trucos a los niños que no respetan la tradición y la historia local.
Finalmente, el Cadejo de los Cerros Orientales es un perro fantasmal que busca niños que no respetan a sus padres. Esta historia refuerza la importancia del respeto y la obediencia.
En Bogotá, estas tradiciones y costumbres se viven con entusiasmo durante el Día de las Brujas. Los niños participan en fiestas de disfraces, desfiles y juegos, mientras que los adultos comparten historias de terror y leyendas urbanas.
Aunque pueden parecer espeluznantes, estos mitos y leyendas son una parte importante de la cultura local y sirven como recordatorios para que los niños se comporten y respeten a sus padres y a la tradición.
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