Cientos de filipinos se flagelaron e incluso algunos se crucificaron durante las ceremonias del Viernes Santo en varios pueblos de las islas.
Cada año, se repiten las impactantes escenas de autoflagelación y crucifixiones en el país del sudeste asiático que, para sorpresa de algunos, predomina la religión católica.
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Según los creyentes, se trata de ponerse en la piel de Jesucristo al momento de su muerte en la cruz. Sin embargo, el Vaticano se ha pronunciado rechazando dichas expresiones, recomendando que, los días santos son para reflexionar y sumergirse en la oración.
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Proseción Pampagna/ AFP
Filipinas tiene 80 millones de católicos, y aunque la mayoría celebra la Semana Santa de manera convencional, yendo a misa, ayunando, etc, en algunas poblaciones el sufrimiento extremo sigue siendo concebido como la mejor forma de expiar los pecados.
Así, se forma el sangriento espectáculo que ha terminado convirtiéndose en una atracción turística. En el norte de Manila, se puede observar una procesión conformada por algunos hombres utilizando corona de espinas y cargando la cruz bajo el intenso calor.
Cada tanto, los hombres que ofrecen el sacrificio se flagelan la espalda con varas de bambú atadas con una cuerda. “Es un compromiso religioso. Lo haré cada año mientas pueda”, aseguró uno de los feligreses a AFP, que espera que su sufrimiento convenza a Dios de curar a su hermano de cáncer.
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Por su lado, los espectadores reaccionan con gestos de dolor al ver los latigazos e incluso tratan de cubrirse para que no les salpique la sangre de los penitentes.
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Crucifixión Pampagna/ AFP
Al final de la procesión se da la crucifixión, donde los voluntarios reciben clavos de ocho centímetros para manos y pies. Al respecto, Jerome Secillano, miembro de la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas dijo “La crucifixión y la muerte de Jesús son más que suficientes para salvar a la humanidad de los efectos de sus pecados. Son acontecimientos que ocurren una vez en la vida y que no hay necesidad de repetir”.
Cabe recordar que, el 80 % de la población filipina es católica a causa de la colonización española que duro alrededor de 300 años.
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