Daniel Waterman, un joven de 22 años, sufrió un aparatoso choque en una autopista junto a su novia, Leigha Mumby, de 24. Al principio, todos pensaron que él había perdido el control del vehículo, pero lo que reveló al despertar del coma cambió completamente la historia.
El accidente ocurrió el pasado 8 de octubre en Florida. Según los reportes iniciales, el auto se estrelló a gran velocidad contra un muro de contención, dejando a Daniel gravemente herido y a su novia con lesiones menores.
Durante semanas, su familia se aferró a la esperanza de que pudiera recuperarse, aunque su estado era crítico: fracturas en el cuello, la espalda, la clavícula, las caderas y las piernas lo mantenían entre la vida y la muerte.
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Pero contra todo pronóstico, Daniel despertó. Y lo que dijo apenas abrió los ojos dejó a todos sin palabras. Según relató a los investigadores, el accidente no había sido un error. Aseguró que su pareja fue quien iba al volante y que todo fue intencional.
Con voz débil y aún conectado a máquinas, habría pronunciado una frase que estremeció a la familia: “No fue un accidente. Ella lo hizo a propósito”.
De acuerdo con el testimonio de Daniel, segundos antes del impacto, Leigha habría dicho: “No me importa lo que pase. Recibirás tu merecido”. La declaración, recogida por FOX35 Orlando, cambió por completo el rumbo de la investigación. En cuestión de días, las autoridades arrestaron a Mumby y la acusaron de conducción temeraria con lesiones graves y agresión con agravantes.
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Tras despertar del coma finalmente murió
Sin embargo, el caso tomó un nuevo giro cuando, pocos días después de su confesión, Daniel no resistió las heridas y murió. Con su fallecimiento, los cargos contra su pareja se elevaron a homicidio vehicular. Aunque fue encarcelada, la joven recuperó la libertad tras pagar una fianza de 150.000 dólares, mientras la familia del joven clama justicia.
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El abogado de la familia, John Hager, aseguró que el informe pericial es claro: el vehículo nunca frenó antes del impacto, al contrario, aceleró. “Esto no fue un error, fue una acción deliberada”, sostuvo ante los medios.
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Aún más desgarrador resultó otro detalle que salió a la luz: Leigha estaba embarazada del hijo de Daniel al momento del accidente. Hoy, la familia del joven lucha en los tribunales para obtener la custodia de la bebé y comprobar legalmente la paternidad.
“Daniel estaba emocionado por convertirse en papá. Soñaba con volver a casa y conocer a su hija”, contó su madre, Heather, quien no logra asimilar lo ocurrido. Su abuelo, Michael Gilman, agregó que ahora la familia solo busca proteger a la pequeña y mantener viva la memoria de su hijo.