Elaine Foo, una mujer de 49 años residente en Londres, decidió someterse a un procedimiento para alargar sus piernas , pero el resultado fue una pesadilla. Las gruesas cicatrices moradas que marcan sus piernas son un testimonio de lo que salió terriblemente mal.
Desde 2016, Elaine ha pasado por cinco cirugías y tres injertos óseos en un intento por corregir los daños provocados por la intervención inicial . A lo largo de este doloroso proceso, ha gastado todos sus ahorros y ha llevado a su cirujano, Jean-Marc Guichet, a los tribunales. Aunque el caso se resolvió en julio pasado con un acuerdo monetario, Guichet nunca admitió responsabilidad alguna.
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¿En qué consiste la cirugía?
El procedimiento al que Elaine se sometió, conocido como alargamiento de piernas, consiste en romper los huesos de las piernas e insertar varillas de metal que se expanden gradualmente para aumentar su longitud. Este complejo proceso debería llevar al paciente a ganar centímetros de estatura , pero en el caso de Elaine, todo comenzó a salir mal apenas dos semanas después de la primera cirugía.
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El clavo de metal que debía ayudar en el alargamiento rompió uno de sus fémures, el hueso más fuerte del cuerpo humano. Elaine describe cómo una noche escuchó un crujido similar al de romper un chocolate Kit Kat, seguido de un dolor insoportable. A partir de ese momento, su vida se transformó en una cadena de complicaciones médicas.
A pesar de las advertencias de posibles riesgos, Elaine confiaba en que al pagar una suma considerable por el procedimiento, recibiría una atención médica de calidad . Sin embargo, lo que siguió fueron más cirugías, dolores y la angustia de ver cómo sus piernas no se recuperaban como debería.
El proceso de alargamiento que debía durar unos meses, se prolongó indefinidamente, con Elaine sufriendo constantes dolores y viendo cómo su pierna derecha no mostraba el crecimiento óseo esperado. Su columna vertebral comenzó a curvarse debido a la diferencia de longitud entre sus piernas, lo que agravó aún más su sufrimiento.
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La relación entre Elaine y el doctor Guichet se deterioró con el tiempo, y la situación se complicó cuando el médico decidió realizar una nueva operación en Milán, en la cual el clavo se rompió nuevamente. Esto generó más gastos y más problemas para Elaine, quien terminó volviendo a Londres prácticamente incapacitada.
A finales de 2017, Elaine finalmente encontró un especialista del sistema de salud público británico que le informó que su recuperación completa podría llevar hasta cinco años.
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Ocho años después de la primera cirugía, Elaine sigue lidiando con las secuelas físicas y psicológicas del procedimiento. Sufre de trastorno de estrés postraumático y tiene problemas de movilidad que afectan su vida diaria.
El acuerdo legal al que llegó con el doctor Guichet le permitió recibir una compensación monetaria, pero no la alivió del sufrimiento que ha soportado . Elaine afirma que, de haber sabido lo que le esperaba, nunca se habría sometido a la cirugía. Ahora, después de años de lucha, sigue tratando de reconstruir su vida.
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