Sofía Lozano, una joven de 19 años, compartió en una entrevista con Tatiana Franko para el podcast ‘Vos Podés’ los detalles de su compleja y dolorosa infancia. En el episodio, Sofía relata cómo creció en un entorno familiar marcado por una relación entre su papá y su abuela materna , algo que impactó profundamente su vida.
Sofía describe que su núcleo familiar estaba conformado por su mamá, su papá, su abuela y su hermana mayor. Aunque sus padres no estaban casados, mantenían una relación de unión libre. "Ellos nunca estuvieron juntos por amor" , comenta Sofía. Su mamá y su papá se conocieron en el trabajo, pero su relación fue breve y complicada. "Duraron menos de un año, fue algo fugaz" , añade.
Cuenta que cuando su mamá quedó embarazada de ella la familia ya estaba inmersa en una situación inusual. Antes de su nacimiento, su madre, con cinco meses de embarazo, se enteró de la relación entre su pareja y su mamá durante una reunión familiar. “Mi mamá llegó a casa y los vio besándose” , revela Sofía. Para su madre, el descubrimiento fue devastador, especialmente al darse cuenta de que toda la familia lo sabía, excepto ella.
Una vida de maltrato psicológico y abandono
Publicidad
El papá de Sofía no solo fue una figura ausente emocionalmente, sino que además ejerció un maltrato psicológico constante hacia su madre. "Más allá de los golpes, hubo mucho maltrato emocional" , cuenta la joven. A pesar de ello, su madre permaneció en la casa por un tiempo, pero la situación se volvió insoportable cuando la relación entre su papá y su abuela se hizo pública y formal.
Entonces su mamá decidió marcharse, llevándose a su hermana mayor a Armenia, pero no pudo llevarse a Sofía. "Mi abuela me tomó en brazos y mi mamá se fue sin mí" , relata. Este abandono forzado dejó a Sofía bajo el cuidado de su papá y su abuela, quienes comenzaron a criarla como si fueran sus padres, aunque ella siempre supo que su abuela no era su madre.
Nunca fui capaz de enfrentar la realidad ni con mi abuela, ni con mi papá. Siento que esa es la realidad que me tocó y he podido sanar esa fue la familia que decidieron para mí, pero no es la familia que yo quiero crear... Me dije yo puedo cambiar mi futuro.
Publicidad
Una verdad difícil de asimilar
Cuando Sofía cumplió cinco años, empezó a visitar a su madre los fines de semana. Sin embargo, fue a los 11 años cuando empezó a convivir más con ella. A pesar del afecto que su abuela le tenía, Sofía sentía la ausencia de su madre. Fue alrededor de los 14 años cuando empezó a hacer preguntas y descubrir la verdad sobre su familia. “Una tía me dijo: ‘¿No te has dado cuenta de que tu papá y tu abuela son novios?’” , recuerda Sofía.
Esta revelación fue un golpe devastador para la joven, quien asegura que ver a su papá y su abuela en situaciones íntimas "le ralló la cabeza". La situación la hizo rebelarse y, aunque intentó confrontar a su papá, él eventualmente dejó la casa. “Nos quedamos solo mi abuela y yo”, comenta.
Sofía ha logrado avanzar y sanar sus heridas
Publicidad
A pesar de la adversidad, Sofía ha logrado sanar parte de su pasado. Reveló que a los 16 años, empezó a trabajar vendiendo empanadas para ayudar a su abuela, escapándose del colegio para trabajar y viceversa. Con el tiempo, ha aprendido a aceptar que esa fue la familia que le tocó, aunque aclara con firmeza: “ No es la familia que yo quiero crear”.
Asegura que después de un tiempo su papá volvió con su abuela, ella no pudo soportarlo más y se fue a vivir con su mamá. Por último dijo que el mensaje que les envía a su papá, su mamá y su abuela es que "sin que me pidan perdón a los tres los perdono, me costó entenderlo, pero ya los perdoné".
Publicidad
Sofía, a través de su historia, demuestra una increíble capacidad de resiliencia y la esperanza de construir un futuro diferente para sí misma, lejos del dolor que vivió en su infancia.
Te recomendamos: ¿Verdad o Mito? Fases que ponen más sensibles a las mujeres embarazadas