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Ozzie, el perrito que fue despedido de su trabajo por no interesarle perseguir bandidos

La historia de este pastor alemán despierta su ternura al no haber sido un empleado ejemplar y robarse los corazones, razón por la que fue despedido.

 Ozzie, el perrito que fue despedido de su trabajo por no interesarle perseguir bandidos
Ozzie, el perrito que fue despedido de su trabajo por no interesarle perseguir bandidos
Foto: Redes sociales

A menudo, muchas razas de perros son injustamente estigmatizadas, clasificadas como agresivas sin motivo aparente. Sin embargo, todos los animales, independientemente de su apariencia, poseen un corazón lleno de amor y deseo de dar afecto.

Un ejemplo de esto es la historia de Ozzie, un pastor alemán cuya dulzura y ternura le impidieron formar parte de las fuerzas de seguridad, terminando así con su sueño de ser perro policía en 2020.

Ozzie, un pastor alemán imponente, fue retirado del entrenamiento del Servicio de Policía de Queensland, Australia, por ser considerado "demasiado blando".

Desde que nació, fue preparado para ser un perro policía, pero a sus 18 meses de edad, se evidenció que no tenía el temperamento necesario para perseguir criminales. Mientras sus compañeros se concentraban en su entrenamiento, Ozzie prefería perseguir pájaros.

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Esta aparente desventaja resultó ser una bendición disfrazada. Gracias a su amor por perseguir aves, Ozzie encontró un trabajo que realmente disfruta, ahora trabaja en el aeropuerto de Brisbane, Australia, donde su tarea principal es ahuyentar a los pájaros para evitar que se interpongan en el camino de los aviones, reduciendo así el riesgo de que las aves se atasquen en los motores de los aviones.

El nuevo rol de Ozzie ha sido crucial para mejorar la seguridad en el aeropuerto, tanto para los pasajeros como para las propias aves. "Sus prioridades en la vida son su pelota y respirar, y todo lo demás viene después de eso. Sin embargo, es perfecto para nosotros debido a su amor por las pelotas. Sale y está muy feliz de correr. Tiene tanta energía. Hará lo que queramos, siempre que pueda volver y jugar con su pelota", comentó su entrenador.

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El trabajo en el aeropuerto le exige mucho ejercicio a Ozzie, pero también tiene días más tranquilos en los que puede practicar en parques y continuar persiguiendo aves.

"Lo amo y el equipo lo ama. Es el mayor estímulo moral en el mundo. Sus deberes en el aeródromo y su entrenamiento es una cosa, pero otro beneficio de tener un perro es que es un compañero increíble. Hemos formado un vínculo increíble. Todos lo aman", añadió Jackson, su entrenador.

La historia de Ozzie es una prueba de que, aunque no siempre se pueda cumplir con las expectativas de los demás, todos tenemos un talento especial y merecemos ser valorados por ello.

Ozzie ha demostrado que la verdadera vocación puede estar en el lugar menos esperado y que todos son dignos de respeto y dignidad, sin importar la apariencia o personalidad.

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