Los compañeros de colegio de los doce chicos miembros de un equipo de fútbol que quedaron atrapados en una cueva del norte de Tailandia el mes pasado dijeron que les esperan para jugar un partido.
En un acto con los medios, los escolares tailandeses mandaron ánimos a sus amigos y expresaron su convencimiento de que todos conseguirán pronto salir de la gruta subterránea donde quedaron aprisionados, junto a su entrenador, el 23 de junio.
" Supongo que todo será como antes, con normalidad. Iremos a comer barbacoa y jugar al fútbol (...) estoy contento de que cuatro ya estén fuera, pero estoy seguro de que todos saldrán después", dijo Waranchit, de 13 años.
Los cuatro chicos que salieron fueron rescatados el domingo y se encuentran hospitalizados.
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Los equipos de salvamento volvieron hoy a buscar más personas, después de detener las operaciones por unas 14 horas para recargar las bombonas de aire comprimido que usas los buzos y analizar la situación.
Waranchit recordó durante el acto la mala experiencia que el vivió en el interior de la misma cueva.
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" Tardé al menos 30 minutos en salir. Pasé mucho miedo ", dijo el escolar, que ha estado en la cueva en cuatro ocasiones.
Otro de los compañeros, también integrante del equipo de fútbol de los "Jabalíes salvajes", el mismo de los que se encuentran atrapados, dijo que no fue al entrenamiento del 23 de junio con sus compañeros "porque estuvo viendo el Mundial".
Doce niños de entre 11 y 16 años y su entrenador, Ekapol Chantawong, de 26, se internaron en las galerías tras el entrenamiento de ese día cuando una súbita tormenta comenzó a inundar la cavidad y les cortó la salida.
Tirapat, de 13 años, expresó su "preocupación" por el estado de salud del entrenador, a quien calificó de una persona "amable y charlatana".
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Pansaa, de 16, le pidió a su amigo Night que se dé "prisa" para abandonar la cueva, ya que tienen "muchas cosas que hacer juntos. ¡Te necesitamos!".
La llegada el sábado pasado de un temporal de lluvias a la región decidió a las autoridades a lanzar la operación de rescate.
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Las precipitaciones pueden volver a inundar las galerías y anular el drenaje efectuado desde que fueron hallados con vida los chavales y el entrenador.
“Nadie tiene la culpa de este incidente, no hay que buscar culpables", opinó Keenet Pontsuwan, director de la escuela Mae Sai Prasitsart, donde estudian la mitad de los atrapados.