La evacuación este domingo de los niños atrapados en una cueva en Tailandia desde hace 15 días se realiza por un camino repleto de obstáculos, especialmente un pasadizo muy estrecho, que aterra a los buzos.
Escapar buceando
Se trata de una zona muy estrecha llamada "unión en T" o "intersección en T" (en tailandés, se dice "sam yak").
En este punto, el pasaje es una suerte de tubo por la que hay que escabullirse. "El pasaje, muy estrecho, sube y luego baja" y requiere contorsionarse, explicó el 2 de julio Narongsak Osottanakorn, el jefe de la célula de crisis.
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Esta área está a 1,7 kilómetros de donde se encuentran los niños. Una vez que se complete este tramo, estarán a menos de un kilómetro de la tercera galería, donde los socorristas instalaron su campamento base.
Una vez allí, todavía les quedará un recorrido de cerca de dos kilómetros, pero lo peor habrá pasado para volver a reencontrarse con sus familias.
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Un experto en cuevas explica las claves del arriesgado rescate de 12 niños y su entrenador de fútbol en Tailandia https://t.co/lA0Jrm8BKr #Thamluangcave #ThailandCaveRescue pic.twitter.com/sNwIapWJwj
— Univision Gráficos (@UniGraficos) July 8, 2018
Duración del recorrido
Son más de cuatro kilómetros de recorrido con partes inundadas y estrechas.
La célula de rescate no precisó el domingo cuánto había bajado el nivel del agua, sobre todo en la temida "intersección T".
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El nivel exacto del agua es la gran incógnita. Si bien la cueva se inundó por varios metros en algunos tramos, "el nivel del agua en la cueva ha continuado bajando" hasta un nivel aceptable, dijo el domingo Kobchai Boonorana, del ministerio del Interior.
Esta semana se reveló que a un buzo experimentado le tomaban 11 horas ir y venir al lugar donde están los niños: seis horas de ida y cinco de vuelta gracias a la corriente.
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Estos son los niños y el entrenador que están siendo rescatados, ahora, de la cueva de Tailandia. pic.twitter.com/TXqKDLZcX3
— RCTV (@rctv) July 8, 2018
Aguas turbias
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Sumergirse en esta agua turbia "como el café con el leche" es un gran desafío para los profesionales, explicó un buzo.
"No hay visibilidad, el espacio está encerrado", dijo Matt Fitzerald, un buzo de la Policía Federal australiana entrevistado por la AFP esta semana. Se las arregló para bucear una parte del camino, pero no pudo llegar al final.
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Algunos no saben nadar
Varios niños, de entre 11 y 16 años, no saben nadar y ninguno ha buceado.
"Cada uno será escoltado por dos buzos", afirmó el jefe de la célula de crisis.
Para evitar que se desate este pánico, los rescatistas precisaron el domingo que los niños saldrían "uno por uno".
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