
En San Antonio, Texas lo que comenzó como una tarde común en la Escuela Secundaria MacArthur se convirtió en una escena de emergencia cuando el profesor Adam Compton sufrió un infarto en plena clase . La rápida reacción de sus estudiantes fue clave para salvarle la vida.
El incidente ocurrió el pasado 7 de noviembre mientras Compton dirigía una sesión del club de patinaje de la institución. De repente el docente se desplomó ante la mirada atónita de los alumnos. Sin embargo, en lugar de entrar en pánico, los jóvenes actuaron con determinación y valentía.
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Aidan Anthony González, uno de los estudiantes presentes, intentó mantener al profesor consciente, hablándole y animándolo a respirar. Mientras otros compañeros corrieron en busca de ayuda y lograron traer un desfibrilador externo automático (DEA). Steven Amaro, otro estudiante con certificación en reanimación cardiopulmonar (RCP), se preparó para intervenir hasta la llegada de los paramédicos.
Gracias a la rápida respuesta y el trabajo en equipo de los jóvenes, los servicios de emergencia lograron estabilizar a Adam Compton y trasladarlo a un centro hospitalario, donde se recuperó sin ningún problema.
El caso genero muchas de reconocimiento hacia los estudiantes y puso en evidencia la importancia de la capacitación en primeros auxilios dentro de las instituciones educativas. Las autoridades del centro destacaron la valentía de los alumnos y enfatizaron la necesidad de contar con más programas de formación en RCP y uso de DEA.
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“Estoy enormemente agradecido con mis alumnos. Su valentía y rapidez me dieron una segunda oportunidad de vida”, expresó Adam Compton en declaraciones posteriores desde el hospital.
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Este episodio refuerza el llamado a incluir entrenamiento en maniobras de emergencia en el currículo escolar, pues en situaciones críticas, una acción rápida y bien ejecutada puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Aunque ya regresó a las aulas de clase, espera que el próximo semestre pueda volver disfrutar con sus estudiantes de las patinetas.
“Incluso después de graduarnos y distanciarnos, nada podrá separarnos de lo que hicimos ese día… Podemos ser amigos para toda la vida y luego podemos ser amigos que salvaron una vida” , expresó un estudiante.
El heroico acto de los estudiantes también es reconocido por la comunidad y las autoridades locales. Varias organizaciones han destacado la importancia de contar con desfibriladores en las escuelas y han instado a otros centros educativos a seguir el ejemplo de la Secundaria MacArthur en la formación de sus alumnos en primeros auxilios.
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