La experta en sexo Tracey Cox plantea que muchas veces el tipo de personalidad en la intimidad determina qué tan buena será. Cree que cuando estas no concuerdan, será muy difícil entenderse en la cama.
Y no es la única en expresarlo. Según la terapeuta sexual Sandra Pertot, exiten diez personalidades sexuales:
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La sensual:
Para las personas que la tienen, el sexo es sinónimo de amor. Aunque no necesitan tener un sentimiento fuerte por la otra persona, se entregan de forma profunda. Les gusta acariciar cada centímetro del cuerpo y disfrutan más las posiciones sexuales en las que pueda ver al otro a los ojos.
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La erótica:
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Les gusta la intimidad arrebatada e intensa. La lujuria es su mejor arma y gustan de experimentar cosas nuevas como posiciones, juguetes e intercambio de roles. Tienen un especial talento para los mensajes fantasiosos para hacer arder a su pareja.
La dependiente:
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En mayor medida, usan el sexo para liberar la tensión y olvidarse de los problemas por un placentero rato. Les gusta dirigir y tener el control. Los dependientes son a los que más les cuesta alcanzar el orgasmo.
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La apagada:
A estos les gusta que los enciendan, si nadie despierta su deseo sexual, les da igual. Son de los que necesitan ver excitada a su pareja para que le apetezca. Con ellos es mejor aplicar el juego previo o variar usando disfraces.
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La obligada:
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Ellos ven el sexo como algo que tienen que darles, lo ven como un derecho. No prestan atención a las necesidades de sus parejas, se concentran solo en satisfacerse a sí mismos. Quienes tienen esta personalidad debería asistir a terapia de pareja, pues no da ni recibe placer.
La adicta:
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Aquí las personas no tienen control sobre sus deseos, el sexo define sus días. Se debería trabajar en periodos de abstinencia para un mejor disfrute y no se convierta en algo mecánico.
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La estresada:
A ellos el acto les genera preocupación, todo el tiempo están pensando en cómo van a actuar y si es la forma correcta de hacerlo. Son personas con problemas de ansiedad e inseguridad. Para ellos es primordial que su pareja no tenga queja alguna con respecto al sexo.
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La desinteresada:
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Pueden pasar los meses sin contacto íntimo y no pasa nada. Esta personalidad en pareja suele traer muchos problemas, pues no entienden la ausencia del deseo. Cuando esto pasa es mejor consultar con un especialista.
La distraída:
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Aunque a ellos el sexo les provoca placer, se sienten abrumados por otros aspectos de la vida como el trabajo y otras preocupaciones que los hacen desviar del vínculo emocional que los une a su pareja. Allí empiezan a perder las ganas por tener más encuentros y de hecho terminan haciéndolo un día en particular a la semana.
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La compulsiva:
Todo exceso es malo y a quienes tienen esta personalidad quieren más y más y, además, siguiendo sus propias reglas. Son los más fetichistas y pocas veces sus parejas se acostumbran a ellos.
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