El estado de salud del papa Francisco ha requerido intervenciones médicas urgentes en las últimas horas debido a dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda. La acumulación de mucosidad en los bronquios ha complicado su evolución, obligando a los especialistas a intervenir con procedimientos específicos para estabilizarlo.
El informe emitido por la Santa Sede detalla que el Pontífice sufrió una obstrucción severa en las vías respiratorias , provocada por una gran cantidad de moco endobronquial, lo que derivó en un broncoespasmo.
Ante esta situación, el equipo médico llevó a cabo dos broncoscopias para aspirar las secreciones acumuladas, un procedimiento que permitió despejar sus pulmones y mejorar su capacidad respiratoria.
A pesar de que Francisco permaneció consciente y cooperativo durante todo el proceso, la gravedad del cuadro obligó a los especialistas a reanudar la ventilación mecánica no invasiva.
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Este mecanismo, utilizado en pacientes con insuficiencia respiratoria, ayuda a mantener un adecuado intercambio de oxígeno sin necesidad de intubación, lo que resulta crucial en casos como el del Papa, dado su historial de problemas pulmonares.
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Uno de los aspectos positivos dentro del complicado panorama es que los análisis de sangre no muestran signos de infección activa, lo que indica que la acumulación de moco responde a la neumonía que ha venido enfrentando y no a una nueva afección. Sin embargo, el hecho de que los bronquios sigan reaccionando con espasmos y dificultando su respiración mantiene a los médicos en alerta.
¿El papa podría tener crisis más seguido?
El pronóstico de Francisco sigue siendo reservado, y la necesidad de aspiraciones frecuentes sugiere que la recuperación podría ser más lenta de lo esperado. Aunque su estado general es estable, estos episodios demuestran que la evolución de su salud aún presenta riesgos y requiere un monitoreo constante.
El Papa continúa hospitalizado en el hospital Gemelli, donde recibe atención especializada las 24 horas. Por ahora, la prioridad de los médicos es evitar nuevas crisis respiratorias y controlar la producción de mucosidad para prevenir complicaciones adicionales. La reanudación de la ventilación mecánica no invasiva es una medida que permite mantenerlo estable, pero también refleja la fragilidad de su condición actual.
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