La muerte de una niña de 12 años causa conmoción en todo el mundo luego de revelarse macabros detalles de los vejámenes a los que fuesometida antes de su muerte el pasado fin de semana en un edificio de París, Francia.
Se trata de Lola Daviet, una niña que fue reportada como desaparecida el pasado viernes 14 de octubre luego de que sus padres se percataran que no volvió a casa luego de salir de estudiar. Tras varias horas de búsqueda un habitante de calle alertó a las autoridades sobre el hallazgo de restos humanos dentro de una maleta, en una calle cercana al edificio donde residía la niña; al inspeccionar el contenido se confirmó que era el cuerpo sin vida de la menor de edad, quien tenía su cabeza casi desprendida.
A tan solo unos días de investigación las autoridades detuvieron a una mujer de 24 años señalada como principal sospechosa del crimen ya que una cámara de seguridad del edificio en el que vivía la niña registró que, el día de su desaparición, Lola Daviet sí llegó hasta el edificio e ingresó en compañía de la mujer capturada; horas después la joven fue captada saliendo del edificio, cargando una maleta y un baúl de gran tamaño en el que posteriormente fue encontrado el cuerpo.
La capturada, identificada como Dhabia B, realizó una primera declaración ante las autoridades a quienes confesó ser la autora del crimen y además reveló escabrosos detalles sobre cómo la quitó la vida a la menor de edad; pues según el relato, abordó en la calle a Lola Daviet e ingresó con ella al edificio y luego la entró a un apartamento donde vive una hermana de la acusada. Narró que estando dentro del apartamento obligó a la niña a bañarse para posteriormente cometer actos obscenos con Lola Daviet.
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"La habría obligado a ducharse antes de cometer agresiones y violencias sexuales que acabaron en su muerte", detalló la Fiscalía en un comunicado citado por el diario francés Le Figaro.
Luego, según el relato de la acusada revelado por medios franceses, agarró del pelo a su víctima y "le metí la cabeza entre las piernas (...), tuve un orgasmo”, confesó la mujer quien habría dicho que posteriormente asfixió a la niña.
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En un detalle más macabro la agresora habría contado que se tomó un tiempo para beber café y luego procedió a cortarle el cuello a la menor de edad con unas tijeras hasta casi desprenderlo del cuerpo Además, la mujer capturada asegura que puso sangre de su víctima en una botella y luego la bebió.
Esta confesión, que reposa en poder de las autoridades, no despeja aún la incógnita sobre por qué la mujer marcó a su víctima a quien le escribió con rojo en la planta de los pies los números cero y uno.
Por su parte las autoridades continúan en la investigación de este caso en el que la confesa asesina se retractó en una segunda audiencia asegurando que todo lo que había contado era fruto de un sueño que había tenido y que nunca asesinaría a un niño.
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