
El trabajo que Sara Millerey le ocultaba a su madre; lo hacía desde el colegio
Sara Millerey , mujer trans, comenzó su proceso de transición desde temprana edad. Según su madre, todo empezó en sus primeros años de vida.

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Desde muy joven, Sara Millerey González Borja entendió que no podía depender del todo de nadie, ni siquiera de su mamá. Aunque en casa nunca le faltó amor, sí sabía que algunas de sus necesidades debía resolverlas por su cuenta. Lo curioso, es que lo hacía en silencio. No por desconfianza, sino para no preocupar.
Así lo reveló su madre en el más reciente episodio del pódcast 'Más allá del silencio', de Rafael Poveda, donde habló junto a la tía de Sara sobre la vida que llevaba su hija y los detalles que la rodearon antes de morir.
Sara, mujer trans, comenzó su proceso de transición desde temprana edad. Según su madre, todo empezó cuando tenía entre 12 y 14 años, cuando ya se dejaba “colitas” en el cabello y su apariencia femenina empezaba a ser evidente .
“Siempre fue muy delicada, muy femenina, desde niña”, expresó con orgullo.
La misma ternura con la que la recuerda es la que contrasta con los rumores que han circulado tras su muerte , señalándola injustamente de cosas que, según su familia, nunca fueron ciertas.
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Ante la pregunta directa de Rafael Poveda sobre en qué trabajaba su hija, la madre respondió sin rodeos que Sara solía vender confites (dulces o 'galguerías) desde que estaba en el colegio.
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“Vendía confites, galleticas, cositas así. Que de pronto no me decía a mí cuando estaba estudiando su bachiller, que para comprarse su lonchera, su mecato...” , relató.
Lejos de las versiones que la relacionan con actividades sospechosas, su madre dejó claro que Sara no andaba en “malos pasos”. “No sé por qué dicen eso”, lamentó conmovida.
Dijo que, como cualquier persona joven, Sara tenía sus errores: a veces fumaba marihuana, se tomaba una cerveza, pero nunca fue una mujer agresiva. Era más bien temerosa, reservada y sensible.
Pero su familia, la que sí la acompañó en su proceso de transición y que la vio crecer, insiste en que Sara no era la imagen distorsionada que algunos han querido pintar en redes sociales tras su muerte.
El final de su historia, tristemente, llegó el pasado 4 de abril en Bello, Antioquia, donde fue hallada en la quebrada La García. Había sido golpeada y, con múltiples fracturas, permaneció cerca de dos horas en el agua antes de que los vecinos alertaran a las autoridades. Cuando fue llevada al hospital, aún alcanzó a hablar.
“Fueron hombres malos… me tiraron a la quebrada… tengo mucha sed”, dijo apenas pudo, según su madre. Luego, con las pocas fuerzas que le quedaban, miró a su mamá y le dijo: “Mamá no me abandones… me voy a morir”. Aunque su madre intentó aferrarse a la esperanza, Sara falleció pocas horas después.
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La Fiscalía General investiga el caso y ofreció hasta 50 millones de pesos por información que permita dar con los responsables. Hasta el momento no hay capturados, pero su familia sigue esperando justicia.
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