El Día de las Velitas, una de las festividades más emblemáticas de Colombia, marca el inicio de las celebraciones navideñas en el país. Este día, lleno de luz y color, tiene un profundo significado religioso y cultural, siendo una ocasión especial para reunir a las familias y compartir momentos de alegría.
La tradición de encender velitas se remonta a la víspera de la Inmaculada Concepción, una festividad religiosa en la que se honra a la Virgen María. Según la creencia católica, el 8 de diciembre se celebra que la Virgen María nació sin pecado original.
Así, el 7 de diciembre, víspera de esta fecha, los colombianos prenden miles de velas y faroles en sus casas, calles y parques, como símbolo de fe, esperanza y devoción. La luz de las velas se interpreta como un acto de veneración hacia la Virgen, así como una forma de pedirle protección y bendiciones para el nuevo año.
¿Qué significa el 7 de Velitas?
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El 7 de diciembre, conocido como el Día de las Velitas, es una fecha significativa en el calendario colombiano. Aunque se celebra de manera informal en muchos hogares, el día también tiene una fuerte carga religiosa, especialmente en las zonas rurales y en las ciudades donde las personas se agrupan para encender las velas al unísono.
A lo largo de las ciudades más grandes, como Bogotá, Medellín y Cali, las calles se iluminan con miles de luces, creando un ambiente mágico y festivo. La celebración no solo tiene un componente religioso, sino que también es una forma de dar la bienvenida a la Navidad, comenzando la temporada de festividades con una explosión de luz y color.
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Este 2024 caerá un sábado, lo que permitirá a las familias disfrutar de la celebración durante todo el día y la noche. En muchas ciudades, las autoridades organizan eventos y actividades para hacer de esta fecha una celebración aún más especial. Desde conciertos, desfiles, hasta concursos de decoración con velitas, la festividad se convierte en una fiesta para toda la comunidad.
Origen de la tradición del Día de Velitas
El origen de esta tradición se remonta al siglo XIX, cuando un grupo de fieles católicos en Bogotá decidió encender velas en las ventanas para honrar a la Virgen María. Con el paso de los años, la costumbre se extendió por todo el país, convirtiéndose en una de las celebraciones más queridas por los colombianos.
Aunque la festividad tiene una raíz religiosa, también se ha impregnado de un sentido familiar y comunitario, siendo un momento para compartir en familia y hacer deseos para el futuro.