Morderse las uñas es una costumbre que muchos consideran inofensiva. Sin embargo, especialistas indican que este hábito puede ser un reflejo de problemas más profundos.
Conocido clínicamente como onicofagia, este comportamiento puede estar asociado con trastornos obsesivo-compulsivos y ansiedad, afectando tanto la vida social como la salud física de quienes lo padecen.
¿Qué es la onicofagia?
La onicofagia es el término médico que describe el acto compulsivo de morderse las uñas. La doctora Rosa María Ponce Olivera, dermatóloga y profesora de la UNAM, señala que este comportamiento puede considerarse una psicodermatosis, un trastorno psicológico que se manifiesta en la piel.
La onicofagia no solo afecta la apariencia estética de las manos , sino que también puede tener consecuencias más serias, como infecciones, malformaciones en los dedos y daños en los dientes.
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Por otro lado, existe un comportamiento similar denominado onicotilomanía , que implica morder o arrancar los pellejitos de los dedos. Aunque menos conocido, este hábito puede ser igual de dañino y es otro indicador de problemas de salud mental.
Segú n la psicóloga Leticia Doñagueda de El Prados Psicólogos, morderse las uñas es un hábito frecuente en niños y adolescentes, que a menudo desaparece en la adultez.
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Sin embargo, en muchos casos, este comportamiento puede ser reemplazado por otros hábitos como fumar o morder bolígrafos.
Lidia Asensi, experta en psicología, añade que la Asociación Americana de Psiquiatría clasifica la onicofagia dentro de los trastornos obsesivo-compulsivos, ya que suele estar relacionada con altos niveles de ansiedad difíciles de manejar.
Las consecuencias de la onicofagia van más allá de la estética. El esmalte dental puede desgastarse, la mordida puede alterarse y las encías pueden lesionarse.
Además , las infecciones en la cavidad oral son comunes debido a la transferencia de bacterias desde las uñas. A nivel emocional, quienes padecen onicofagia suelen experimentar vergüenza y culpa, lo que los lleva a ocultar sus manos en público y evitar el contacto social.
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¿Quiénes están en riesgo?
La onicofagia no discrimina por edad. S e ha observado en niños pequeños, adolescentes y adultos, siendo especialmente común en aquellos que enfrentan altos niveles de estrés.
Los expertos sugieren que este hábito puede surgir en respuesta a experiencias traumáticas, como el bullying o el abuso, y en adultos puede ser un síntoma de estrés extremo, duelo o pérdida de empleo.
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Lo que puede parecer un simple hábito nervioso, como morderse las uñas , puede ser una manifestación de problemas psicológicos más graves. Es fundamental abordar estas conductas de manera integral, buscando ayuda profesional para manejar la ansiedad y los posibles trastornos subyacentes.
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