
Estrategias prácticas y económicas para tener tu casa libre de polvo y reducir las alergias
Con estos hábitos de limpieza podrás tener el control de humedad y polvo para mantener tu hogar más sano y menos propenso a desencadenar alergias.

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Los ácaros del polvo son uno de los principales responsables de las alergias domésticas. Estos diminutos arácnidos se alimentan de células muertas de la piel humana y se alojan en colchones, alfombras y muebles tapizados.
Según la organización de salud Cigna, “el polvo y los ácaros del polvo son un alérgeno común de interiores; la alergia a los ácaros del polvo es un problema que dura todo el año”.
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Eliminar los ácaros por completo no es posible, pero reducir su presencia sí lo es. Los síntomas más comunes —como estornudos, congestión nasal o picazón en los ojos— suelen aparecer cuando su concentración aumenta, especialmente en espacios cerrados y poco ventilados.
1. Aspira y limpia de forma eficiente
Los expertos recomiendan usar aspiradoras con filtros HEPA o bolsas dobles especiales, ya que evitan que las partículas finas regresen al aire.
Un estudio del “Global Dust Study” de Dyson señala que humedecer el polvo antes de aspirar “puede crear un hábitat más favorable para los ácaros del polvo y el moho”. Por eso, lo ideal es aspirar primero y luego pasar un paño húmedo.
2. Usa paños de microfibra húmedos
Los plumeros solo levantan el polvo y lo redistribuyen. La especialista en salud ambiental del hospital Cooper Health, Dra. Stephanie Silverman, recomienda “utilizar un paño de microfibra húmedo que atrape el polvo en lugar de moverlo de un lugar a otro”.
3. Lava la ropa de cama con agua caliente
La Clínica Mayo aconseja lavar las sábanas, fundas y mantas a una temperatura de al menos 54 °C una vez por semana. Además, sugiere utilizar fundas de colchón y almohadas resistentes a los alérgenos para evitar la acumulación de ácaros.
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4. Reduce el desorden
Los objetos decorativos, libros y juguetes acumulan polvo con facilidad. La misma institución recomienda “retirar o guardar los objetos que tienden a acumular polvo en recipientes cerrados, especialmente en habitaciones de personas alérgicas”.
5. Mantén una rutina constante
Realizar una limpieza semanal profunda es clave. Marcas como Claritin, especializadas en el tratamiento de alergias, subrayan que la constancia es “el factor más determinante para mantener los alérgenos bajo control”.
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Alfombras y pisos
Los pisos lisos, como madera, vinilo o cerámica, facilitan la limpieza y reducen el polvo acumulado. Mayo Clinic recomienda evitar las alfombras, o en caso de ser necesarias, elegir las de pelo corto y aspirarlas frecuentemente con una máquina equipada con filtro HEPA.
La Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI) coincide: “Aspire las alfombras con frecuencia o reemplace la alfombra por un piso de madera, baldosas o linóleo. Son mucho más fáciles de mantener libres de polvo.”
Muebles y cortinas
Los muebles de madera, metal o cuero liso son más fáciles de limpiar que los tapizados. Mayo Clinic aconseja evitar sofás o sillones con telas pesadas y sustituir las cortinas gruesas por persianas o cortinas de algodón lavable.
Los ácaros y el moho prosperan en ambientes húmedos. Por eso, es importante mantener la humedad relativa por debajo del 50 %. La Asociación Americana del Asma, Alergia e Inmunología (ACAAI) recomienda el uso de deshumidificadores o aire acondicionado para lograrlo.
También es recomendable utilizar purificadores de aire con filtros HEPA, capaces de capturar polvo, polen y caspa de mascotas. Según los expertos de Cigna, estos dispositivos “pueden ayudar significativamente a reducir los alérgenos suspendidos en el aire interior”.
La ventilación también juega un papel clave. Durante las temporadas altas de polen, conviene mantener las ventanas cerradas y utilizar aire acondicionado con filtros limpios. Revisar y cambiar los filtros mensualmente evita que las partículas acumuladas vuelvan al ambiente.
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Mantener un hogar libre de polvo es un proceso continuo. La ACAAI lo resume así: “Es imposible eliminar todos los ácaros del polvo, pero hay pasos que se pueden tomar para reducir la cantidad presente en el hogar.”
Si a pesar de las medidas los síntomas persisten, la Clínica Mayo sugiere acudir a un alergólogo para realizar pruebas cutáneas o de sangre que determinen la causa específica de las alergias. Con ese diagnóstico, es posible personalizar las estrategias de limpieza y prevención.
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En definitiva, mantener un hogar libre de polvo y alérgenos requiere disciplina, conocimiento y una rutina adaptada a cada espacio. Con pequeños cambios en la limpieza, la ventilación y los materiales, se puede respirar mejor y disfrutar de un ambiente más saludable durante todo el año.