La imagen del presidente Gustavo Petro volvió a encender el debate en redes sociales luego de su aparición durante el Consejo de Ministros del pasado 21 de abril.
Con un cuello tortuga cubriendo su garganta y parte del rostro , además de visibles signos de irritación e inflamación facial, muchos comenzaron a especular sobre un posible procedimiento estético.
El primero en poner el tema sobre la mesa fue el periodista y comediante Daniel Samper Ospina, quien, fiel a su estilo irónico, comentó en sus redes: “Lo del cambio no era carreta”. Su publicación se viralizó rápidamente, incentivando una oleada de comentarios que no tardaron en polarizarse.
¿Cuál fue la cirugía que se hizo Gustavo Petro?
Al día siguiente, periodistas de Blu Radio confirmaron los rumores: Gustavo Petro se habría sometido a un lifting facial durante la Semana Santa.
Según la emisora, el procedimiento, realizado en la Clínica Santa Bárbara en el norte de Bogotá, tuvo lugar el 16 de abril y tuvo un costo aproximado de 20 millones de pesos. Se trató de una cirugía bajo anestesia general, enfocada en reducir signos de envejecimiento como arrugas y flacidez.
El presidente, que abordaba en el Consejo temas críticos como la crisis sanitaria provocada por la fiebre amarilla, apareció con signos visibles de la intervención, hecho que no pasó desapercibido para la audiencia ni para los usuarios de redes sociales.
Más allá de las burlas y críticas que surgieron tras la revelación —y que incluyeron una avalancha de memes en internet—, algunos usuarios ofrecieron una reflexión más profunda sobre la cirugía del mandatario.
La discusión se amplió del plano meramente estético al de la salud mental y el bienestar personal, recordando que las decisiones sobre el propio cuerpo no siempre obedecen a la vanidad, sino también a necesidades de autoestima y estabilidad emocional.
Los riesgos de la intervención que se hizo Gustavo Petro
Aunque el lifting facial es un procedimiento comúnmente seguro si lo realiza un profesional capacitado, implica ciertos riesgos que no deben pasarse por alto.
Entre ellos se incluyen hematomas, cicatrices permanentes —aunque usualmente disimuladas—, hinchazón prolongada , entumecimiento y dolor moderado, además de posibles secreciones postoperatorias.
Estos efectos secundarios son naturales, pero, como en cualquier cirugía, requieren seguimiento médico y paciencia para su recuperación total.
Mientras algunos consideraron la cirugía como un acto frívolo e insensible frente a los problemas urgentes del país, otros defendieron el derecho del presidente a procurar su bienestar físico y emocional, libre de juicios políticos.
La controversia evidenció, una vez más, cómo los temas personales de las figuras públicas, especialmente de quienes ostentan el poder, suelen ser evaluados con una lupa desproporcionada, donde se entrecruzan expectativas, prejuicios y tensiones sociales.
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