
Revelan historial de agresiones de habitante de calle que atacó a Esteban Yepes en Itagüí
El crimen de Esteban Yepes en Itagüí fue cuestión de segundos, según testigos y cámaras de seguridad. Se revelaron más detalles del caso.

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El caso de un joven estudiante en el municipio de Itagüí, Antioquia, ha sacudido a toda una comunidad que aún no entiende cómo un paseo cotidiano terminó en tragedia.
Las calles del barrio Villa Paula, donde ocurrió el crimen, hoy se encuentran cubiertas de flores, velas y mensajes de solidaridad para despedir a un muchacho que, con apenas 19 años, tenía toda una vida por delante.
Esteban Yepes había salido de una tienda de mascotas con su perro, al que llevaba con correa en su mano izquierda. Eran cerca de la 1:07 de la tarde cuando un hombre mayor, de barba canosa y ropa gris, pasó a su lado en la acera.
A los pocos metros, las cámaras de seguridad lo captaron dándose la vuelta y caminando tras el joven con paso acelerado.
En cuestión de segundos, sacó un arma blanca y lo atacó por la espalda, hiriéndolo en el cuello. El estudiante, sorprendido y desorientado, corrió algunos pasos buscando ayuda mientras su camiseta se teñía de rojo. Pese a los intentos de transeúntes por socorrerlo, Esteban no resistió la gravedad de la herida.
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Los testigos narraron que el agresor huyó del lugar tan rápido como había cometido el crimen. Entre quienes lo conocieron, no encuentran una razón que explique por qué un acto de esta magnitud ocurrió en plena luz del día. Para muchos, fue un hecho tan doloroso como inexplicable.
El agresor fue identificado como William Cadavid, un hombre de 67 años en condición de calle. Aunque no tenía antecedentes penales, habitantes del sector ya lo reconocían por episodios de violencia y reacciones agresivas cuando se le negaba dinero. Varias cadenas de WhatsApp entre vecinos advertían del peligro que representaba.
Ese mismo jueves, Cadavid fue presentado ante un juez de control de garantías, pero no aceptó los cargos por homicidio. De ser hallado culpable, podría enfrentar hasta 40 años de cárcel. Mientras tanto, la familia del joven insiste en que minutos antes del ataque hubo un altercado menor, cuando el hombre agredió con una patada al perro de Esteban, provocando que este le reclamara.
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Los allegados describen al estudiante como un muchacho tranquilo, dedicado y sin problemas con nadie. Se había graduado hacía poco y estudiaba inglés, con la ilusión de conseguir trabajo para apoyar a su familia. Sus amigos lo recuerdan como un joven responsable y lleno de sueños, lo que hace aún más dolorosa su partida.
El crimen de Esteban Yepes se convirtió en símbolo de la fragilidad de la seguridad ciudadana y del vacío institucional frente a los riesgos que representan personas con antecedentes de agresividad.
Hoy, la comunidad de Villa Paula no solo llora la pérdida de un vecino querido, sino que también exige justicia y medidas que eviten que otra tragedia como esta se repita.
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