Amín Martínez, fundador de Los Chiches Vallenatos, rememora con cariño y respeto al "maestro" Rafael Orozco, una figura icónica en el vallenato que marcó profundamente su vida y carrera. Originarios ambos de Becerril, Martínez y Orozco compartieron no solo la pasión por la música sino también una amistad que se gestó en la infancia y se fortaleció con los años.
Martíne z relata que conoció a Orozco cuando él tenía aproximadamente cinco años y Rafael, unos doce. Ambos crecieron en un entorno donde la música y la comunidad jugaban un papel central. Años más tarde, sus caminos se volvieron a cruzar en Agua Chica, Cesar, cuando Martínez ya trabajaba con Israel Romero.
Fue en este reencuentro que compartieron recuerdos de la infancia y la estrecha relación que Amín tenía con la familia de Rafael. De hecho, Misael Orozco, hermano de Rafael , fue esposo de una de las hermanas de Amín, con quien tuvo una hija, fortaleciendo así los lazos familiares y de amistad entre ambos músicos.
En sus inicios , Martínez tuvo la oportunidad de presentarse junto a Rafael Orozco como corista de Andrés Guerrero , con quien compartió escenario en varios conciertos. En aquel entonces, Amín cantaba con el grupo ' La Furia Vallenata' y más adelante conocería al Binomio de Oro, consolidando su carrera en el mundo del vallenato.
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Aunque los recuerdos de Orozco son fragmentarios, la familia de Rafael dejó una profunda impresión en Amín. Estudió con sus hermanos y conoció a toda la familia, guardando un afecto especial por ellos.
"Él me habló de un estilo propio, me dijo que el día que saliera a la luz con mis seguidores, saliera con mi estilo propio, y fue en lo que más me fijé. El hombre era exquisito para vestirse , para cantar, era una persona con un estilo muy propio", comentó Amín.
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Uno de los consejos que más influyó en la carrera de Amín fue precisamente el énfasis de Orozco en ser auténtico y respetar a su público. Este consejo, según Martínez, fue fundamental para construir su propio camino en la música vallenata.