Un dicho popular manifiesta que "lo más seguro que tenemos en la vida es la muerte". Y aunque si bien, a veces cuesta aceptarlo, en la realeza el tema es tratado con un grado más de consciencia, pues lo cierto es que sus actos fúnebres llevan varios años de planeación. A cada uno se le asigna un nombre, y cada tantos años se realiza una revisión ya sea para agregar detalles o modificarlos. En diversos medios de comunicación corre el rumor de que el del Rey Carlos III ha sido constantemente revisado en los últimos meses.
Aunque el actual estado de salud del monarca es todo un misterio, pues la casa real ha sido muy hermética a la hora de emitir información sobre su diagnóstico. Hay cosas que no se pueden tapar con un dedo, aunque la realeza se esfuerce en desviar la atención de sus seguidores; pues lo cierto es que en las contadas apariciones públicas que ha realizado el hijo de la fallecida Reina Isabel II, en lo que ha corrido del año, se le ha visto vulnerable y decaído.
Por lo tanto, los rumores y las teorías conspirativas de que el actual rey padece cáncer, siguen tomando más fuerza. Además, varios medios de comunicación internacionales, han señalado que la debilidad del semblante del Rey Carlos III, se debe a que en los últimos meses ha tenido que hacerle frente a la quimioterapia. Por tal motivo, el monarca estaría viajando constantemente a Londres, donde al parecer estaría recibiendo su tratamiento pues su enfermedad parece estar muy avanzada.
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Y es que por si fuera poco, esta semana el diario ‘The Daily Beast’ dio a conocer que el archivo que contiene los detalles del funeral del actual rey, denominado como ‘Operación Menai Bridge’ ha sido “desempolvado” y actualizado recientemente.
Recordemos que si se presentara el fallecimiento del actual rey, quien subirá al trono y portará la corona de rey, será el hijo mayor de la recordada Princesa Diana de Gales, el príncipe William, quien vale la pena destacar, no debe estar pasándola muy bien, pues su esposa Kate Middleton también le está haciendo la guerra a esta enfermedad, que una vez más nos demuestra que no tiene reparos de edad, raza, cultura, o clase social.
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