En Singapur, un hombre de 55 años se llevó un gran susto cuando empezó a vomitar luego de disfrutar de un platillo que incluía un molusco de ocho patas. Los médicos descubrieron un pulpo atrapado en su garganta. El hombre había consumido la criatura marina como parte de su comida antes de comenzar a sentirse mal y buscar atención médica en el Hospital Tan Tock Seng.
Según relató el paciente, comenzó a sentir malestar justo después de ingerir la comida. Una exploración reveló un bloqueo en su esófago, el tubo que lleva los alimentos de la boca al estómago. Los médicos encontraron el pulpo, con todas sus ventosas, alojado a 5 cm de donde el esófago se une al estómago. Aunque inicialmente enfrentaron dificultades para extraerlo, finalmente lo lograron utilizando pinzas.
Afortunadamente, el paciente pudo regresar a casa apenas dos días después del incidente. Los médicos del hospital señalaron que la comida atorada es uno de los problemas más comunes que enfrentan en su práctica clínica. Explicaron que, en la mayoría de los casos (80-90%), los bloqueos de comida se resuelven naturalmente. Sin embargo, entre el 10 y el 20% de los casos pueden requerir tratamiento endoscópico, mientras que menos del 1% necesitan cirugía.
Este caso no es el único de su tipo. Los médicos reportaron hallazgos igualmente sorprendentes, como el de un hombre que se tragó un teléfono móvil entero, el cual quedó atascado en su estómago durante seis meses antes de ser intervenido quirúrgicamente en el Hospital Universitario de Asuán, en Egipto.
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Riesgo de muerte
Es fundamental comprender por qué se producen estos incidentes con tanta frecuencia. La comida atorada puede ser resultado de varios factores, como comer rápidamente, no masticar lo suficiente los alimentos, ingerir trozos grandes o duros que pueden obstruir el paso, o tragar objetos extraños por accidente. La ingestión de objetos extraños puede ser especialmente peligrosa y puede provocar graves lesiones internas si no se trata de manera oportuna.
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Es esencial prevenir la obstrucción de la vía respiratoria y digestiva mediante la adopción de hábitos alimenticios seguros y conscientes. Tomarse el tiempo necesario para masticar adecuadamente los alimentos, evitar comer en exceso y supervisar a los niños mientras comen son medidas preventivas importantes. Además, es crucial mantener los objetos pequeños y peligrosos fuera del alcance de los niños para evitar accidentes.
La prevención es fundamental para evitar incidentes graves como los mencionados anteriormente. Una mayor conciencia sobre los riesgos y la promoción de hábitos alimenticios seguros pueden contribuir significativamente a la salud y el bienestar de las personas.
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