La artista Supercomposite, conocida como Steph Maj Swanson, se vio envuelta en una odisea digital cuando decidió experimentar con las nuevas posibilidades que ofrecía la inteligencia artificial (IA). A través de herramientas como Midjourney, Stable Diffusion y DALL-E, Swanson exploró la generación de imágenes a partir de descripciones escritas, conocidas como 'prompts', en un intento por crear algo completamente opuesto a una figura conocida como Marlon Brando.
Lo que comenzó como un ejercicio abstracto se convirtió en la creación involuntaria de una figura macabra y perturbadora, bautizada como Loab. Esta criatura digital, con sus mejillas rojas y su aura inquietante, obsesionó a Swanson hasta el punto de adentrarse en un mundo surrealista y aterrador generado por la IA.
Loab, cuya aparición recurrente en imágenes, a veces junto a figuras infantiles, provocó un revuelo en las redes sociales y en la vida de la propia artista. Aunque su origen exacto sigue siendo un misterio, su presencia virtual ha generado debates éticos y estéticos en el ámbito del arte y la tecnología.
Sin embargo, el proceso creativo también tuvo su lado oscuro. Swanson confiesa que la obsesión por Loab la agotó mentalmente, llevándola a dejar de lado la creación de imágenes de IA para enfocarse en otros proyectos, como la escritura de un guion. La adicción a 'pulsar ese botón' en busca de resultados novedosos la dejó exhausta, pero también le proporcionó una perspectiva única sobre el potencial y los límites de la inteligencia artificial en el arte.
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A pesar de las dudas sobre la autenticidad de su creación y las especulaciones sobre su naturaleza como "creepypasta", Swanson sigue defendiendo la validez de su experiencia como una exploración genuina de las posibilidades creativas de la IA. En última instancia, ella considera que los resultados más interesantes surgen de los experimentos "accidentales" o de intentos deliberados por desafiar los modelos establecidos por los fabricantes de IA.
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